Julio de la Piedra







Julio de la Piedra del Castillo, (Chiclayo, 28 de agosto de 1896 - Lima, 6 de febrero de 1984) fue un agricultor y político peruano. Dirigente de la Unión Nacional Odriísta, partido político fundado en torno al general Manuel A. Odría. Fue presidente del Senado (1952-1954 y 1963-1964).

Biografía

Perteneciente a una próspera familia asentada en el departamento de Lambayeque, fue hermano menor de Enrique de la Piedra, que fue presidente del Senado y ministro de Hacienda durante el Oncenio de Augusto B. Leguía.

Cursó sus estudios escolares en el Colegio Nacional San José de Chiclayo y luego ingresó a la Universidad Mayor de San Marcos
donde siguió Ciencias Políticas y Administrativas. Pero no culminó sus estudios y retornó a su tierra natal, donde se puso al frente de la
negociación agrícola Pomalca (el próspero negocio azucarero de su familia), consagrándose a mejorar e industrializar sus cultivos.

En 1945 fue elegido senador por Lambayeque. Perteneció al grupo de parlamentarios que respaldaron al presidente José Luis Bustamante y Rivero
en su lucha por contener la desaforada oposición de los apristas. La crisis política, agravada por la crisis económica, originó el golpe de
estado encabezado por el general Manuel A. Odría, que en 1948 inició un gobierno dictatorial conocido como el Ochenio.

En 1950 fue reelegido como senador, esta vez como partidario de Odría, quien fuera ungido presidente constitucional en ese mismo año.
Fue vicepresidente del Senado (1950-1951) y luego presidente (1952-1953). Fue también presidente de la Comisión de Presupuesto (1950 y
1951). Se contó entre los fundadores de la Unión Nacional Odriista (UNO), partido político creado para respaldar a Odría.

En 1962 postuló nuevamente para senador, esta vez por Lima, pero debido al golpe de estado de ese año, se anularon las elecciones y se
convocaron a otras. En estas nuevas elecciones generales, realizadas en 1963, ganó la senaduría. Fue nombrado presidente del
Senado (y por tanto, del Congreso), y en tal calidad, al inaugurarse el primer gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry,
el 28 de julio de 1963, le correspondió entregar la banda presidencial a dicho mandatario. Fue en este periodo cuando se forjó la alianza
aprista-odriísta (Coalición APRA + UNO), para controlar el parlamento y dejar en minoría al partido gobiernista, Acción Popular, que estaba aliado con la Democracia Cristiana (Alianza AP + DC).

En 1967 resultó nuevamente elegido como presidente del Senado, pero al producirse una crisis institucional que amenazaba con paralizar al
Congreso, se vio obligado a renunciar.

El 13 de abril de 1968 se alejó de la UNO y, junto con algunos odriístas, fundó el Partido Social Demócrata Nacionalista. Pero en octubre de ese año se produjo el golpe de estado del general Juan Velasco Alvarado, quedando suspendida la democracia, la misma que no se retomaría sino hasta 1980. Julio de la Piedra, ya retirado de la política, falleció en 1984.









Predecesor:
Héctor Boza
Presidente del Senado de la República del Perú
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28 de julio de 1952 - 28 de julio de 1954
Sucesor:
Héctor Boza
Predecesor:
Enrique Martinelli Tizón
Presidente del Senado de la República del Perú
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28 de julio de 1963 - 28 de julio de 1964
Sucesor:
Ramiro Prialé Prialé



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Foto tomada en 1922 a los 39 años de edad y aparece como Consejero de la Cámara de Comercio y Agricultura de Chiclayo.


Enrique de la Piedra del Castillo (Lambayeque, 1 de junio de 1883
- ?) fue un agricultor y político peruano. Ministro de Hacienda (1924-1925) y
Presidente del Senado (1925-1926), durante el Oncenio de Augusto B. Leguía.
Como empresario agrícola adquirió la hacienda Pomalca, a la que convirtió en
una de las grandes sedes de la industria azucarera en el norte peruano.

Biografía

Nacido en
Lambayeque, sus padres fueron Ricardo de la Piedra y Rosalía del Castillo.
Estudió en el Colegio Nacional San José de Chiclayo. Desde muy joven se dedicó
al comercio. Contribuyó a la construcción del ferrocarril que comunicaba el
puerto de Pimentel con el interior del departamento de
Lambayeque, hasta Chiclayo.

Incursionó
en la política como partidario del presidente Augusto B. Leguía,
a lo largo del periodo conocido como el Oncenio (1919-1930). Dentro de la directiva del
Partido Democrático Reformista (el partido oficialista) tuvo el cargo de
tesorero.

En 1919
fue elegido representante por su departamento natal ante la Asamblea
Nacional (Congreso Constituyente), encargada de redactar una nueva Constitución. Integró el grupo de asambleístas que presentó la
ley de confiscaciones, la cual disponía que los conspiradores y rebeldes al
régimen fueran sujetos a confiscaciones de bienes por los gastos y perjuicios
incurridos contra el Estado. Si bien la Asamblea la aprobó tras arduo debate,
el presidente Leguía no lo promulgó ni ejerció su veto. Finalmente, el Congreso
Ordinario de 1920 la declaró sin efecto.

Continuó
en el Congreso en calidad de senador. Fue Prosecretario (1920), Segundo
Vicepresidente (1922), Primer Vicepresidente (1923 y 1924) y Presidente del
Senado (1925 y 1926). Desde el parlamento trabajó resueltamente para que se
incluyesen en el Presupuesto General de la República partidas para obras de
irrigación en su departamento.

Fue
Ministro de Hacienda y Comercio de 12 de octubre de 1924 a 18 de junio de 1925.
Ejerció también la dirección de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima
(1927). Su apoyo al leguiísmo finalizó abruptamente al enterarse de la firma
del Tratado Salomón-Lozano,
acuerdo de límites que cedía a Colombia un inmenso territorio en la amazonía.

En 1932
se casó con Elena Elías Larrabure, con la que tuvo dos hijos.

Asociado
con sus hermanos en la Empresa Sociedad Viuda de Piedra e Hijos S.A., adquirió
en 1920 la Hacienda Pomalca (cerca de Chiclayo), bajo cuya dirección alcanzó
una gran prosperidad. Intensificó los cultivos, racionalizó la producción
azucarera, modernizó sus maquinarias para elevar la producción, e incluso
expandió las áreas de cultivo con la anexión de otras haciendas. Pomalca se
convirtió en el más importante enclave económico del norte peruano. Enrique de
la Piedra fue considerado uno de los grandes "barones" del azúcar.









Predecesor:
Marcial Pastor
Ministro de Hacienda y Comercio del Perú
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12 de octubre de 1924 - 18 de junio de 1925
Sucesor:
Benjamín Huamán de los Heros
Predecesor:
Guillermo Rey
Presidente del Senado del Perú
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1925 - 1926
Sucesor:
Roberto Leg



Centro Poblado San Antonio

Un grupo de piuranos llegaron a la Hacienda Pomalca para trabajar como jornaleros, mayormente para hacer labores en el sembrío de caña, los mismos que en su mayoría se asentaron en la parte que hoy corresponde al Centro Poblado San Antonio y que en esa oportunidad se le denominaba La Pampa de los Pelados, porque generalmente se les veía después de sus jornadas de trabajo tirados sin camisas y descalzos en sus petates colocados en en los umbrales de sus casas, donde muchas veces  amanecían dormidos por el sofocante calor y la fatiga laboral.
Posteriormente se le puso el nombre en honor al Santo Católico.

Foto de Pomalca Tierra de Encanto.

Historias y Mitos de Pomalca

 

EL FERROCARRIL ENCANTADO DEL CERRO BORÓ

Una de las tantas líneas del ferrocarril de la hacienda Pomalca pasaba muy cerca al cerro Boró, famoso por su pacto que había hecho con los hacendados De la Piedra para entregar el alma de sus trabajadores a cambio de riqueza. Todos los años alguien moría en algún accidente ya sea en la fábrica o en el ferrocarril y esta alma era entregada en el cerro Boró al diablo.
Habían pasado ya muchos años y el diablo no había cobrado sus víctimas por que los trabajadores conscientes del pacto habían tomado sus precauciones y habían llevado al cura para bendecir la fábrica con agua bendita, pero habían olvidado de bendecir al ferrocarril, entonces el diablo molesto por no cobrar almas enfureció y desde el cerro decidió actuar.
Cierto día a los obreros que les tocaba ir a trabajar a la zona del cerro Boró en el ferrocarril, tuvieron un mal presentimiento y sabían que algo malo estaba por ocurrir, sin embargo después de tomar su te y recibir sus panes y al escuchar su último pitido del ferrocarril de las cinco de la madrugada, todos subieron a los coches; todo parecía normal hasta cuando se acercaron al cerro Boró, repentinamente una neblina cubrió la máquina desapareciéndola misteriosamente, solo se escuchaban desgarradores gritos de sus tripulantes que desesperadamente hacían sonar sus machetes de acero para ahuyentar los malos espíritus y salir de la maldición, pero todo fue en vano, el diablo se había tragado a toda la tripulación con el ferrocarril. Dos obreros testigos de este hecho corrieron al lugar a ayudar pero solo encontraron rocas tiradas encima de los rieles.

 

EL GRAN PACTO

En tiempos de la hacienda, los trabajadores de Pomalca se sentían bien por que tenían su ficha de carne y pescado todos los días, así como el bono de alimentos y su pago todas las semanas, pero lo malo era que pasaban muchos accidentes en la fábrica y en el ferrocarril en donde los obreros perdían brazos, piernas y causaba horribles muertes. Algunos se molían junto a las cañas y se mezclaban con el azúcar. Todos estos accidentes no eran por casualidad o descuido de los obreros, sino por el pacto que los hacendados habían hecho con el diablo para entregar el alma de un trabajador cada vez que el diablo lo pedía. A cambio de estas pobres almas entregadas, los hacendados aseguraban mucha riqueza.
Los días martes y viernes el patrón era visto dirigiéndose al cerro Boró y lo veían regresar al día siguiente amarrado su cabeza con una pañoleta. Con los ojos rojos y un aspecto muy agotado lo recibía su chofer que siempre lo había llevado hasta el cerro. Cierto día se llenó de valor, tomó un trago de yonque y decidió seguirlo escondiéndose tras unas plantas de vichayo, lo siguió a una prudente distancia y de repente aparecieron unos feroces perros negros que le impidieron continuar. El chofer empezó a rezar de miedo y los perros desaparecieron y entonces continuó tras su patrón encontrándolo en medio de un remolino en el suelo junto a una bestia negra en forma de pavo que lo sacudía, lleno de susto por un momento se quedó inmóvil, pero otro trago de yonque lo armó de valor y se abalanzó contra la bestia en defensa de su patrón, pero la bestia mostrando su terrible rostro al chofer, hizo que huyera del lugar hasta donde había dejado el auto. Muy asustado regresó a la hacienda y temeroso al día siguiente regresó a recoger a su patrón, porque así acostumbraba hacerlo, encontrándolo como de costumbre con un pesado saco que le ayudó a subir al carro, pero esta vez puso mucha atención al contenido de la carga, discretamente abrió un costado del saco y pudo ver como brillaba en el interior el oro que su patrón traía después del encuentro con el diablo. Así Pomalca progresó y fue una de las más grandes haciendas azucareras del Perú.

 

EL PACTO Y LA FÁBRICA

Hubo un tiempo en que los dueños de la hacienda Pomalca pasaron una gran crisis económica, su fortuna iba decayendo y don Augusto de la Piedra hizo un pacto para hacer grande su hacienda. A cambio del alma de un trabajador cada cierto tiempo, él podía recuperar la grandeza de su hacienda.
Enterados de este pacto los obreros de la fábrica empezaron a temer por sus vidas y tomaban sus precauciones, empezaron a usar amuletos de acero para ahuyentar el mal, pero contra el pacto, no pudieron; llegó el día que ocurrió una gran explosión en la fábrica que provocó la muerte de un obrero. Por la noche algunos pobladores vieron como don Augusto llevaba en sus brazos al trabajador muerto hacia su auto, luego se dirigió hacia el cerro Boró y cruzando en un bote la laguna entregó al cerro a la víctima, al regresar cargaba un saco lleno de monedas de oro.
Por este pacto realizado con el diablo es que aún ven el alma en las noches por los calderos de la fábrica. Este pacto aún sigue vigente, pues cada cierto tiempo ocurre un “accidente” en la fábrica

 

El SERRANO TU TE

A las cuatro y treinta de la madrugada el ferrocarril de Pomalca tocaba el silbato de “preventiva” y a las cinco de la mañana tocaba el de “ejecutiva”. El maquinista, al accionar el silbato del tren lo hacía de tal manera que parecía decir ¡Serrano tu te! ¡Serrano tu te! y así era interpretado por todos los obreros del campo, de corte y carguío de caña que en su mayoría eran serranos. A esta hora todos estaban listos junto al tren para recibir su taza de te con yonque y sus dos panes que el patrón le ofrecía para luego como soldados y con su alforja al hombro y a la voz de mando del caporal todos subían a los vagones del ferrocarril. Este los conducía al campo para cumplir su tarea de corte que les tomaba desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde. Este popular llamado del ferrocarril a los obreros se cumplía al pie de la letra hasta los años cincuenta del siglo pasado, tiempos en el que el patrón mejoró la ración a caldo de papas, pero el ferrocarril siguió llamando ¡Serrano tu te! ¡Serrano tu te!

El ejecutor del “serrano tu té” era don Alejandro Olano Salazar, esposo de doña María Chancafe y vivían al costado del Parque Infantil, exactamente en la esquina.

 

 

 

HISTORIA DEL LOCHE

 

Cuentan los mas antiguos pobladores lambayecanos que desde tiempos inmemoriales la diosa Luna o Sian se había enamorado del planeta tierra; tan grande era su amor, que con toda su alma quiso acercarse a darle un beso, y al no poder hacerlo, con gran dolor se puso a llorar y sus lagrimas en forma de lluvia cayeron sobre Lambayeque y al penetrar en su suelo se convirtieron en loches, es por ello que este fruto tiene la forma de una gota de agua y solo crece en esta región.

 

Historia descrita por don Flavio Andrés Regalado Villegas

Yo quiero compartir algo verdadero que sucedió en la fábrica de Pomalca en el año 2008 a un señor que trabajaba conmigo en el laboratorio: Se le había ordenado traer muestras de agua de los tanques de los calderos y esa zona hasta ahora es una zona solitaria y semioscura ...eran como las 7 de la noche cuando este hombre llegó al lugar asignado. El tenía que pasar por una especie de callejón en donde al final estaban los dos tanques enormes de agua que sirven para alimentar a las calderas.... pero... antes de transitar por dicho callejón, al inicio de éste había una ducha que servía para el personal de calderas. Dicho señor escuchó claramente que se estaban bañando, es más la puerta estaba abierta y dentro se podía ver la silueta de un hombre alto y corpulento. ......el trabajador pensó que era algún compañero que se estaba bañando y continuó con su rutina, pero de repente dicho hombre salió de la ducha y completamente desnudo se posó junto a la puerta como si observara al señor que iba a tomar las muestras de agua.... dicho trabajador se dio cuneta de lo sucedido y no le prestó atención debido a que el hombre de la ducha seguía desnudo ....el hombre continuó con su trabajo, sacó muestras de tanque por tanque, cuando culminó su muestreo se dispuso a regresar por el mismo callejón obviamente camino obligado que tenía que seguir... cuando el trabajador observa que dicho hombre alto y desnudo comienza a caminar en sentido contrario a él... es decir... se iban a cruzar en pleno callejón.... el trabajador no hizo más que agachar la cabeza ruborizado porque su compañero venía desnudo... pero metros antes de cruzarse, el trabajador sintió una sensación de frío intenso que le llegó hasta los huesos y es donde levanta la mirada y observa que el rostro del hombre desnudo yacía desfigurado, como que si una llanta de un auto le habría pasado por su rostro.... totalmente despavorido, soltó sus muestras de agua y corrió en la dirección de la escalera que lo llevaría a la salida de ese lugar... cuando vio a sus compañeros pidió auxilio y se desmayo.... urgente la empresa lo auxilió y se lo llevaron por emergencia al hospital Almanzor Aguinaga... Fin.....

 

UNA NOCHE EN EL CINE POMALCA

 

Allá por los años 58 me encontraba acostado y profundamente dormido, cuando fui despertado por los ruidos que hacia mi madre para encontrar sus viejos zapatos y es que su adrenalina estaba al tope;  por salir rápido de casa ante el tremendo alboroto que pasaba en Pomalca; no lograba ubicarlos y después de mucho batallar solo encontró uno pero el amor de madre y su “desesperación” por su hijito le ponía el corazón a punto de estallar con latidos de mas de 120 por minuto, logré salir detrás de ella para ver que sucedía y al traspasar el umbral de mi puerta vi que la gente corría pero sobre todo mujeres y decidí seguir a mi madre  uniéndome a la multitud, recorrimos apenas unos cien metros que era la distancia de mi casa al Cine Pomalca y nos encontramos  con una gran cantidad de gente que habían acudido a rescatar de la policía a sus “hijitos”; recién me percaté que se trataba de la famosa “agarradera” que era como se denominaba a la leva y que generalmente la policía la hacía al terminar la función de “Noche” pues los que habían ido a la “Vermout” se iban de alivio.

En la entrada del cine como siempre el Administrador Don Arbulú con su impecable vestimenta blanca miraba a diestra y siniestra todas las ocurrencias, se veía muchas madres llorosas y agitando sus pañuelitos blancos despidiendo a sus hijos entre sollozo y sollozo, como si partieran a la guerra y emulando la canción “El Trompeta” de Daniel Santos que además era muy escuchada en los intermedios de las funciones del Cine.

En la puerta del cine el camión que había sido llevado para “los patriotas” estaba casi lleno y no veía a mi hermanito dentro de él, pese a que había asistido a la función y era uno de los máximos candidatos para servir a su Patria.

Por fin encontré a mi Madre y le pregunté sobre su vástago y ella con su sonrisa de oreja a oreja me dijo que otra vez junto a sus amigos habían logrado burlar la vigilancia de los “tombos” entre ellos Andonayre y Atoche que eran los más entusiastas “correteando” muchachos y cuyo destino era el Cuartel de Infantería Nro. 5 de Zarumilla; a través de una salida secreta. Le pregunte cual era esa para así estar yo prevenido para cuando me tocara escaparme, aunque faltaban muchos años y prometió decírmela al llegar a casa.

Antes de regresar pasamos por el kiosco de doña Pascualita Vera para tomarnos un jugo y decidí regresar al compás del lento caminar de mi madre pero ensimismado en mis pensamientos sobre la salida secreta que dio “libertad” una vez más a mi hermano y a sus amigos.

Llegando a casa mi madre prendió su lámpara a kerosene la misma que tenía un tubo y si se me antojaba toser,  la saliva expulsada la hacía reventar en mil pedazos y daba origen además a una tremenda paliza.

Se sirvió su taza de café pasadito y bien cargado y me comenzó a decir que la salida secreta de mi hermano y sus amigos que solo ellos conocían era detrás del telón donde pasaban la película, por donde subían hacia el techo y bajaban  a la casa de la Familia Pasco y ellos pasaban corriendo atravesando el dormitorio y la sala ante la atónita mirada de la familia , solo esperaba mi madre que alguna vez en su pasada, no hayan interferido en la vida intima de don  Belisario Pasco y doña Laurita Reynoso.

Cosas de la vida…………………y de Pomalca.

 

 

LA DONCELLA DEL PUENTE DE LA HUACA DE LOS CHINOS

En el puente de ingreso a la Huaca de los chinos, a las doce de la noche aparece una hermosa mujer y luego se dirige a bañarse a la acequia para tentar a cualquier hombre que a esa hora pasa por el lugar. Los pocos que la han visto de cerca en noches de luna llena afirman que es de tez cobriza, de larga cabellera y una bella silueta. En cierta ocasión un joven que estaba de visita en este pueblo y sin conocer que se trataba de un fantasma fue impresionado por la bella mujer y acercándose le preguntó ¿Qué haces a esta hora de la noche y tan sola?, ella saliendo del agua le pidió ayuda para colocarse su adornada túnica con plumas de colores, y le contestó: voy camino a mi casa, mientras se colocaba un bello collar de chaquiras de turquesa, oro y lapislázuli. El joven muy amablemente le ofreció acompañarla y luego de caminar un largo trecho atravesando zapotes y vichayos llegaron a un bello palacio, ella tomándolo de la mano lo invitó a pasar, él sintió la mano fría de la joven que hizo estremecer su cuerpo y de un tirón se soltó y corrió sin mirar hacia atrás, llegó a la casa de su tío botando espuma por la boca , sus familiares le dieron de beber y luego le dieron un trago de yonque. Al día siguiente lo llevaron a un brujo para sacarle el susto, el joven los guió hacia el lugar de residencia de la joven encontrando solo un muro viejo de adobes y una gran caña plantada que sobresalía del suelo.

 

LA FÁBRICA ENCANTADA

Año 1955, 6 de la tarde de un día viernes de verano, un grupo de trabajadores de la hacienda son llevados en el ferrocarril “La Mama Diabla” a cumplir su tarea nocturna de recojo de caña a la zona de Boró. Dos cuarteles de caña se habían quemado y la tarea resultó corta para los 70 obreros, ya próximas a terminar su tarea en horas de la madrugada, siete de ellos se sentaron a tomar su café junto a la máquina cargadora de caña y sentados frente al cerro, todos al mismo tiempo empezaron a ver al frente de ellos la fábrica y un ferrocarril entrando con caña y otro saliendo con azúcar. Esta visión duró pocos segundos, asustados todos se miraron entre ellos sin decir una sola palabra dudando de lo que habían visto, pero después de confirmar la misteriosa visión se pararon, dieron unas pasos al costado, le dieron la espalda, rezaron un padre nuestro y un Ave María y temerosos volvieron la mirada al cerro, pero esta vez ya no había fábrica, ni ferrocarril, estaba el cerro solo y ya amanecía, entonces dijeron: nosotros ahora podemos confirmar lo que todo Pomalca comenta que los hacendados de la Piedra habían hecho un pacto con el diablo y este se había hecho en el cerro Boró. Ya amanecido el día, cuando retornaban en el ferrocarril vieron a su patrón que regresaba en su auto que salía en dirección del cerro y pudieron ver que traía unos sacos llenos, posiblemente de oro que el diablo le había entregado.

 

LA FORTUNA DE LOS PIEDRA

Los últimos hacendados De La Piedra, dueños de la hacienda Pomalca, fueron una de las familias más adineradas del país y considerados como los “Varones del azúcar”.Según sus trabajadores, estos habían establecido un pacto con el diablo para lograr toda su riqueza, el pacto consistía en entregar el alma de un trabajador cada año o cuando ellos querían recibir más dinero y oro.
Todo el dinero ellos lo cambiaban en joyas de oro y lo llevaban a enterrar a la Huaca San Juan, sus trabajadores del campo lo habían visto cargando unos costales llenos a la parte alta de la Huaca y luego regresaban sin nada a su casa. Después de la muerte de los patrones y de la expulsión de sus herederos de la hacienda, muchas personas fueron en busca de su fortuna a la Huaca y hasta ahora no han podido encontrarlo, muchos de ellos desaparecieron en esta búsqueda. Dicen que hasta ahora al mediodía ven a don Augusto rondando estos lugares protegiendo su tesoro.

LA LLORONA

A media noche por las calles del antiguo Pomalca, los gritos desgarradores de una mujer en busca de sus hijos atemorizaban a sus pobladores ¡Donde están mis Hijos! ¡Donde están mis Hijos! Se escuchaba por las calles y nadie se atrevía a salir ni a mirar a través de sus ventanas. A pesar que entre sus vecinos esta mujer era muy conocida por la desgracia de haberle sido arrebatada sus hijos en las noches era un personaje muy tenebroso, enferma de tristeza no se le veía durante el día, pero en las noches salía como una sonámbula a buscar a sus hijos, de tanto penar murió y en el día de su velorio en plena compañía todos vieron salir del féretro su espíritu y después de su entierro su alma no descansa en paz, convirtiéndose en un fantasma, los que la han visto después de muerta dicen que es alta de larga cabellera con un manto negro y no toca el suelo al caminar.

 

LA CARROZA DE LA MEDIA NOCHE

Eran los años cuarenta del siglo pasado, tiempos en que Pomalca aún no tenía alumbrado eléctrico y a partir de las nueve de la noche ya nadie transitaba por sus oscuras calles por temor a muchos fantasmas que pasaban asustando a la gente especialmente la carroza negra que aparecía a la media noche jalada por dos caballos y acompañada por doce hombres encapuchados y vestidos de negro, estos anunciaban la muerte de alguien y todos temían que pasara por sus calles, por que de seguro que algún vecino moría; muchos de los que vieron esta carroza cuentan que los acompañantes encapuchados que iban tras la carroza no caminaban, sino que suspendidos en el aire seguían la fantasmal carroza.

 

LA DAMA DE LA NOCHE

Las carreteras de la hacienda Pomalca eran muy temidas para transitar por las noches ya que se presentaban muchos fantasmas a los conductores de traylers de carga de caña, concientes de estos sucesos ya no paraban sus máquinas en cualquier lugar y ante la presencia de bultos negros que crecían en plena carretera para impedirles el paso los obligaba a rezar y acelerar sus máquinas; en cierta ocasión un nuevo e inocente chofer que no conocía de estos fantasmas se le atravesó en la carretera hacia El Combo en horas de medianoche una mujer que levantando la mano hizo parar el vehículo al chofer, este al verla desabrigada y en aquella noche tan fría le ofreció su casaca; en el corto tiempo de compañía ella le dio su dirección y le pidió que al día siguiente fuera a visitarla para devolverle su casaca; grande fue su sorpresa y susto del chofer al llegar el día siguiente a la casa de la dama que el recogió en la carretera al escuchar de la familia que la mujer a quien el buscaba había fallecido hace un año. El incrédulo chofer luego de pedir más informes acudió al cementerio para comprobar la versión de la familia, encontrando su casaca colgada en una cruz junto a la tumba de una dama con los nombres y fecha de entierro tal como su familia se la había contado.
 

EL JINETE SIN CABEZA

Cuenta la gente antigua de Pomalca que un mayordomo de la hacienda fue asesinado por un grupo de bandoleros por evitar un gran robo de varias yuntas de la hacienda. Tras una larga persecución entre los cuarteles de caña de un machetazo hicieron rodar su cabeza entre las patas de los caballos de los bandoleros que lo perseguían, todavía aún montado en su caballo pudo avanzar un cuartel mas, donde cayó al suelo, su fiel caballo paró la veloz carrera y retrocedió a ver a su amo mientras los bandoleros huían de la escena del crimen llevándose la cabeza para tirarlo en una acequia de cachaza. A los pocos días la pena mató al fiel caballo y su alma fue a buscar a su amo quién no pudo recuperar su cabeza y así se le ve hasta ahora recorriendo por las noches no se sabe si cuidando los cuarteles de caña o buscando su cabeza.
Los pobladores de La Unión y Samán ya están acostumbrados a escuchara los trotes del caballo cerca de sus casas los día jueves a las once y treinta de la noche, día y hora en que fue asesinado y que desde hace muchos años sus almas no descansan en paz, algunos curiosos al asomarse por su ventana han podido observar al jinete sin cabeza cabalgando en su fiel caballo.
 


SALTUR VISION HISTORICA

NARRACIONES DE LA
ÉPOCA DE LA HACIENDA

Colaboración: Santiago Delgado Sánchez

Antes del año 1930, 
tanto en la sierra como en las haciendas y otros pueblos no se conocía
el plástico, se tomaba el café en pozuelos o tetes, estos eran vasos
confeccionados de las astas de las reses, se les hacía fondo de madera y luego
los lustraban y así se formaba vasos y copas, los tetes eran de calabazas
llamadas cermas, estas eran cortadas por la mitad. En estos utensilios se
tomaba agua, desayuno y yonque. Se cocinaba en ollas de barro, el café o
chocolate se hervía en cántaros. Para lavar la ropa se usaba las bateas hechas
de madera, se confeccionaba bateas chicas para lavar los platos o mates,
cucharas de madera, etc. todo alimento agrícola no se fumigaba ni se abonaba
con fertilizantes, se usaba el abono orgánico.

 Un toro o vaca de cien kilos costaba diez u once
soles. Aparte de nuestras monedas de sol de plata, también circulaban los
febles o bolivianos y los centavos de cobre, a los de dos centavos se cortaba
en dos o cuatro pedazos y con eso se compraba. En estos tiempos en los pueblos
funcionaba el Estanco de la sal y el Estanco del tabaco, no había bancos, había
la Caja de recaudación y después pasó a llamarse Banco de la Nación. Tampoco se
conocía el papel higiénico, se usaba papel de despacho, el cual se cortaba en
cuatro y en cada casa se tenía a la vista en ganchitos de alambre. Para lavar
la ropa se usaba el choloque y solo se usaba el jabón para el lavado del terno:
para lavarse los dientes se hacía con carbón molido, después salió a la venta
en las tiendas polvo con sabor a menta, para los niños de primeras letras se
les compraba las pizarras y lápiz de piedra, asistían los niños a la escuela
sin zapatos, los zapateros confeccionaban los calzados a mano con estoquillos,
cada par costaba tres soles. Los sastres tenían duro trabajo, ya que no había
ropa confeccionada en las tiendas. 

En los pueblos los domingos no faltaban las bandas, salían
cuatro hombres tocando un tambor y uno pregonaba dando noticias y ordenanzas de
las autoridades. En las fiestas se alumbraba con leña, cuatro luminarias en
cada esquina de la plaza o  parque, en
las calles con faroles, no había fluido eléctrico.

Aunque les parezca mentira a esta generación, son tiempos
para recordar

Publicado por M.Elmer Fernández Gastelo  


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 




 

LOS LINIEROS



 Colaboración: Santiago Delgado Sánchez

Los tiempos pasan, pero el recuerdo queda en nuestras mentes
de lo que vivimos. La foto nos muestra a los peones de la hacienda Pomalca y
sus anexos entre los años 1942 al 1953; aquellos linieros que de seis de la
mañana hasta las seis de la tarde levantaban las colleras de dos rieles de
fierro acerado de seis metros de largo para 
instalar la línea portátil, estas colleras eran tendidas entre los
cuarteles para permitir el ingreso desde la línea firme solo a los  carros de línea para el recojo de la caña.

Allí los carros de línea se estacionaban para que los
carreros lo llenasen hasta formar un convoy de cuarenta a cincuenta carros ya
en la línea firme, que estaba formada por rieles de nueve metros y que estaban
asegurados en durmientes de algarrobo de dos metros y medio, por donde corría
la locomotora con su carga. La  máquina
locomotora los jalaba desde los campos de Saltur, Casa de madera, Collud y
Ventarrón  hasta la fábrica, donde se
procesaba en azúcar. Los linieros eran hombres escogidos, fuertes y hábiles  para este pesado trabajo, sus manos estaban
calludas hasta un cuarto de pulgada de grosor; una espina o el calor tan fuerte
no les hacía daño y no sentían nada de dolor; desayunaban en el campo y también
almorzaban  la comida de la ficha que les
brindaba la hacienda.

Los linieros de Saltur fueron: Justiniano Herrera, Miguel
Segura, Abelardo Vásquez, Francisco Naquiche, Ángel Vílchez y don Bautista.

Datos verdaderos, como trabajador desde 1944, doy fe.

Publicado por M.Elmer Fernández Gastelo  

 

NARRACIONES  DE  SALTUR

Colaboración:
Santiago Delgado Sánchez

Era el año 1948
cuando el anexo Saltur de la hacienda Pomalca Viuda de Piedra lo administraba
el Sr. Nicanor Carmona, sus habitantes no pasaban de 250 familias estables. Los
señores de la Piedra por intermedio de contratistas  buscaban enganchar
trabajadores en la serranía de Cajamarca y también de Piura. Los primeros para
corte de caña y llenado de carros de línea para halarlos con el ferrocarril
hasta la fábrica de Pomalca. 60 carros llenos de caña partían de Saltur por
día.  Los enganchados provenientes de Piura se ocupaban como palaneros.
 Es por ello que por entonces se hizo famosa la frase: "Serrano al machete
y cholo a la palana".

El administrador
también cumplía la función de juez, porque atendía toda clase de demandas y los
arreglaba castigando al culpable según su delito. Había mucha disciplina y
respeto, tanto en el trabajo como en la población;  los vigilantes hacían
cumplir las órdenes, no había robos ni alcoholismo. La orden superior era: los
sábados podían tomar, bailar toda la noche, pero el  domingo solo hasta
las 9 p.m. Los vigilantes Maximiliano Salazar, Guadalupe More y Juan Castillo
ponían toque de queda, algún caprichoso que quería seguir en fiesta o tomando
licor lo llevaban preso al calabozo.

En esta época no
había doctor en Saltur, para viajar a Chiclayo se esperaba el ferrocarril que
salía de Pucalá a las 7.a.m.  llevando azúcar y jalando 2 coches de
pasajeros; uno de primera y otro de segunda, los pasajes eran de S/ 0,50 y
S/0.30 respectivamente y regresaba a las 4 p.m.. No había otra clase de
 de transporte.

En Saltur había
una posta médica con un enfermero llamado Leoncio López Torres, los enfermos le
hacían el ruedo para comunicar sus dolencias, no había privacidad. Para toda
enfermedad, como dolor de oído, fiebre, diarrea, dolores, etc. se les preparaba
cucharadas de medicina. A la malaria se le conocía como terciaria o paludismo y
se le aplicaba ampollas de quinina. En estos años resultó una epidemia terrible
llamada la viruela, con fiebre muy alta y granos en todo el cuerpo, era muy
contagiosa. Se evitaba a los enfermos, inclusive  gente de afuera ya no
llegaban al pueblo, al ver estos casos, el administrador se comunicó con los
señores dueños de la hacienda y ordenó aislar a todos los enfermos y se les
construyó 2 casas de qunicha de caña brava a la salida del pueblo al lado sur,
se les dotó de tarimas de caña y colchones de piso, y nombró a mujeres 
piuranas para que los atiendan a los enfermos día y noche, eran mujeres que no
tenían conocimiento de enfermería , lo único que les daban eran agua cocida;
los levantaban, les daban sus alimentos como les ordenaba el enfermero. Tan
pronto iban mejorando los dejaban salir, como también ingresaban nuevos
enfermos. A la cuidadora de enfermos se les titulaba de "madrecita", ella se
llamaba Elena Sernaqué; su salario era igual al de las trabajadoras de campo S/
2,50 por día. Así cumplieron su trabajo estas mujeres por varios meses hasta
que pasó la epidemia, haciendo bien al prójimo sin tener miedo de contagio. Ese
recuerdo lo llevamos presentes los antiguos y pocos que aún quedamos en
Saltur.  

Publicado por M.Elmer Fernández Gastelo

LEYENDAS
SALTUREÑAS

LEYENDAS
SALTUREÑAS

Tomadas y
ampliadas de: Breve historia de Saltur: Alejandro Segura,  1998

EL 
REMOLINO DIABÓLICO

Era el viernes
santo del año 1954, y en Saltur se tenía por costumbre ir a huaquear.  Uno
de tantos profanadores de tumbas de aquel día fue Quiroz. Ya era casi el
mediodía y como siempre el calor era muy sofocante, Quiroz estaba muy agotado
luego de haber chuseado y cavado unos dos metros en la polvorienta huaca
 en busca de tesoros. Una vez más plantó su chuso  y este le marcó la
huella de los huesos de un muerto; con mucho cuidado siguió excavando hasta
encontrarlo y luego dejando palana y chuso, con sus manos empezó a buscar entre
los huesos y el polvo en el que muerto había quedado. De pronto se dejó ver el
brillante dorado de una gran pieza de oro, el afortunado huaquero aún no
terminaba de desenterrarla para entender de qué se trataba,   cuando
de repente   una extraña voz lo sorprendió. Arriba y detrás de él, un
extraño hombre vestido de blanco y un gran sombrero  le daba  las
felicitaciones por su hallazgo, y casi en forma simultánea emergió un gran
remolino del interior del hueco, que asustó a Quiroz, quien de un gran salto
logró salir, pero sin la pieza de oro. Él miró a su alrededor para encontrar al
misterioso  personaje y pedirle ayuda para volver a ingresar al pozo por
la joya de oro, pero quedó muy sorprendido porque el misterioso personaje había
desaparecido; luego tuvo  un gran susto porque ni siquiera encontró 
las huellas de la extraña  presencia, de inmediato corrió a su casa para
que su esposa, quien era curandera, "lo limpiara del susto".

Ella 
tomando un gran trozo de alumbre pasó por todo el cuerpo de su esposo y luego
lo quemó para  descubrir el misterio de lo que había sucedido, dándose con
el asombro de ver transformado el trozo de alumbre en la horrible figura de un
ser infernal híbrido, con patas de cabra, cola, un tridente en la mano,
cuernos en la cabeza y cubierto con una capa sobre su espalda, quien al parecer quiso enterrar vivo en la huaca
al intrépido profanador.

EL CARBUNCO

Cuando Saltur aún
tenía pocos pobladores y sus casas y calles   aún no tenían luz
eléctrica, la gente evitaba salir en la oscuridad de la noche, especialmente en
luna nueva, porque siempre se les aparecían cosas muy espantosas. Sin embargo
algunas no lo eran tanto, como es el caso de un pequeño y extraño animal que
tenía un poco de chancho y otro poco de añáz. Este raro animal era visto
siempre recorriendo  las faldas del cerro; pero lo que más llamaba la
atención de quienes lo encontraban, era la bola resplandeciente que llevaba en
la frente. Muchos saltureños perseguían a este animal para atraparlo, porque
estaban seguros que en la cabeza llevaba una bola de oro, pero nadie lograba
atraparlo. Al poco tiempo descubrieron que cuando este extraño animal se cruzaba
junto las cabras  u otro ganado, estos morían con una extraña enfermedad
que los hacía babear. A pesar de los grandes esfuerzos, nunca  pudieron
atraparlo. Entonces todos empezaron a pensar que  era el mismo Satanás
encarnado en este animal. Otros   decían que este era el guardián de
todos los tesoros enterrados en las huacas y que transformándose en cualquier
otro ser, impedía de cualquier manera que los tesoros de la huaca fueran
desenterrados.

LOS BUSCA
PADRINOS

Los regadores de
los campos de caña del turno de noche , constantemente eran perseguidos por
unos hombrecillos que vestían  su ternito color blanco y un gran sombrero.
Estos pequeños eran muy traviesos. Cuando los regadores se encontraban alejados
de sus cosas, estos se acercaban a ellas para esconderlas y luego los silbaban
o los llamaban por sus nombres, los regadores pensando que era  alguno de
sus  compañeros de trabajo acudían al llamado, y al no encontrar a nadie y
ni a sus cosas, sentían mucho temor. Luego se escuchaba las carcajadas de
niños. Estos eran los duendecillos traviesos. Los regadores nocturnos poco a
poco se fueron acostumbrando a estas bromas de mal gusto y ya no les tenían
miedo, si no al contrario les tenían lástima. Don Baltasar Santoyo  decía
que estos eran   criaturas moras, por que habían muerto sin ser
bautizados y sus almas recorren por las noches buscando agua bendita y
padrinos.

EL FERROCARRIL
ENCANTADO DE SALTUR

Uno de los
ferrocarriles de la hacienda  llamado "la mama diabla" era siempre el
encargado del transporte de cortadores y cargueros de caña desde Pomalca hacia
los campos de Saltur. A las 6 de la mañana ya estaba llegando a la estación,
pero este se anunciaba con su característico pitido desde el puente, cuando se
disponía  a atravesarlo. En una ocasión el pitido del ferrocarril fue
escuchado por todos los pobladores a la media noche, por lo que causó mucha
extrañeza en todos los saltureños. Casi todos salieron a su encuentro, pero
este nunca llegó. Los extraños pitidos de inexistentes llegadas, se sucedieron
muchos días viernes y por largo tiempo, pero ya nadie salía al encuentro. Todos
estaban convencidos que esta máquina estaba compactada con el diablo, y que en
estos misteriosos anuncios transportaba a las almas de los obreros que con sus
vidas pagaron el precio de pacto que hicieron los dueños de Pomalca con el
diablo, por conseguir la riqueza de esta gran hacienda azucarera.  

Publicado por M.Elmer Fernández Gastelo  

 

Saltur,
Origen del nombre


Don Alejandro Segura Dávila, coronel de la PNP en retiro y acucioso
investigador que vivió en esta cálida tierra cañera comprensión de la Hacienda,
luego Cooperativa y ahora Empresa Agro Industrial Pomalca nos relata en su
Documento "Breve Reseña Histórica del Centro Poblado Saltur" publicado en el
año 1998 que el antiguo nombre de este pueblo era LA CALERITA, y luego cambió a
SALTUR. También nos dice que este nombre fue bautizado por uno de los
hacendados de apellido Ibáñez que adquirieron estas tierras aproximadamente en
los años 20 del siglo XX. Este joven hacendado, según nos relata don Alejandro,
se enamoró locamente de una bella joven hija de peones de su hacienda, y que al
no poder comprometerse con esta bella joven por el rechazo de su propia familia,
por ser ella muy pobre, motivó que este amor imposible causara una profunda
tristeza en la bella joven que dañó su débil corazón, muriendo de amor. En
memoria de este imposible amor, el joven hacendado dio el nombre a esta tierra
tomando las primeras letras de su nombre y apellidos de esta joven formando la
palabra SALTUR. El nombre de esta joven fue Saturnina Leandra Tafur
Uriarte.

Cruzando información con otras fuentes y relacionándolas con historias de
pueblos vecinos, considero este relato como una versión muy confiable ya que el
supuesto antiguo nombre La Calerita hace mención a una de las principales
actividades a la que se dedicó este pueblo desde la época colonial que fue la
producción de cal, teniendo como materia prima las rocas calizas que forman
parte del cerro.

En relación al nombre Saltur, este nombre no es conocido ni se encuentra en
antiguos registros de esta zona y recién aparece con esta denominación a
inicios de los años 30 del siglo pasado. Por ultimo es cierto que los
penúltimos hacendados de estas tierras fueran la Familia Ibáñez. Los últimos
fueron la Familia De La Piedra Del Castillo que compraron estas tierras el año
1932.

LA CHICHA, UNA VIEJA TRADICIÓN
SALTURAÑA

Según la Real Academia Española y otros autores, la palabra chicha tiene su
origen en el vocablo chichab, palabra perteneciente al dialecto kuna (los kuna
fueron antiguos pobladores de Centroamérica ) y chichab era el nombre que este
pueblo daba al maíz, sin embargo según el aztequista Luís Cabrera, el origen de
esta palabra estaría en la lengua náhuatl
(lengua aborigen de México). Dice Cabrera que chichiatl, es una palabra
compuesta que significa "agua fermentada", compuesto con el verbo
chicha (agriar una bebida) y el sufijo -atl'(agua), cosa de semánticos, pero
parece ser que la chicha nace en el Perú de casualidad. Según se cuenta durante
el reinado de Túpac Yupanqui las lluvias erosionaron los silos donde se
guardaba el maíz, como resultado, los granos de maíz fermentaron y en los
depósitos de arcilla se formó la malta de maíz. El Inca para evitar desechar el
maíz, ordenó distribuir la malta para que fuera aprovechado en forma de mote (
maíz cocido en agua) pero dada las características organolépticas desconocidas
del maíz, la terminaron desechando. Aquí es cuando se descubre: un hambriento,
rebuscando en los desperdicios encontró la sustancia y la consumió y se dio una
borrachera de "padre y señor mió". Este sería el más lejano antepasado peruano
de nuestros ilustres chicheros saltureños, lástima que no se conoce su nombre.
Y fue así amigo lector como en el antiguo Perú, se descubrió el valor
alcohólico del maíz. Y cual sería entonces la historia del consumo de la chicha
en Saltur, nuestro amigo Pedro Coico Morales colaborando con nuestra revista
nos ha alcanzado el siguiente informe:
La chicha en este lugar ha seguido el camino de quienes vinieron a poblar estas
tierras, tiempos hubo en que a la ranchería que en sus primeros tiempos fue
Saltur, llegaron familias provenientes de la zona de Monsefú y el antiguo
Larán. En esas familias llegaron mujeres que traían con ellas los conocimientos
de cómo preparar la chicha "embotellada" aquella que tenía como ingredientes la
jora y el chancaca en vez de azúcar, algunas veces un endulzante líquido y
espeso muy emparentado con la melaza. En aquellos tiempos las chicheras de
Saltur iban a la calle Cuglievan en Chiclayo, donde se vendían en carretas tiradas
por mulas que traían gran cantidad de pipas de madera llenas de este producto,
también podía verse la chancaca apilada, tortas pequeñas envueltas en chante y
la jora en sacos de yute. Estos ingredientes mas algunos "secretos" sometidos a
nocturnos hervores daba como producto la "chicha embotellada", botella de
cristal, tapa de corcho anudada con un pabilo o cabuya. Dejaban dormir esta
chicha en sus envases por tres días y "era como haber encerrado al diablo en
esos envases" como decía mi compadre, quien en paz descanse, era muy aficionado
al "barro", como le dicen hoy a la chicha. A esta generación, pero en tiempos
más recientes, pertenecen: doña Carmen Sandoval, Juana Chiroque, su hija
Maximina Chiroque, la señora "Parda", doña Tomasita, la china limpia, la señora
de Durand, la "pato asao", y otras, que en el año 1990 llegaron a mas de 30,
siendo la producción total de 7200 litros. Actualmente la demanda de chicha ha
disminuido, pero no deja de haber unos 20 chicheríos cuyo consumo semanal es de
1892 galones. Dato curioso que he recogido es que los chicheros dicen, vamos a
empujarle "una base" y después enjuagamos con cerveza, que en buen romance
significa: primero consumimos chicha hasta donde se pueda y después tomamos
cerveza. Otro dato es que en toda chichería hay caseritos que rayan, es decir
chupan dos días seguidos y si no se quedan a dormir, es por que no hay
hospedaje, pero tan seguro como que saldrá el sol, al siguiente día estarán
pidiendo su chicha, pero con el ingeniero Villegas que los tiene al breque, se
está perdiendo esta costumbre, lo que si persiste es que el caserito tiene
separada su lata en forma semanal y llegue o no, caballero no más, tendrá que
pagarla. Quisiera mencionar el nombre de los más insignes chicheros de nuestro
pueblo, pero temo que se acuerden de mi madrecita.
Colaboración :Pedro Coico Morales


 

LOS JAPONESES EN POMALCA

 

Desde el lejano Oriente del Japón, el 27 de febrero de 1899, partieron el primer contingente de obreros que tenían como destino las haciendas peruanas, entre ellas Pomalca, 790 personas de Yokohama abordaron el barco “Sakura Maru”. Casi todos ellos tenían entre 20 a 30 años de edad, física y psicológicamente bien dispuestos y calificados para realizar trabajos, sobre todo de agricultura.
El barco Sakura Maru, después de 36 días llegó al Callao y de allí partió al puerto de Eten desembarcando a 100 obreros para las Haciendas de Pomalca y Cayalti de propiedad de los señores Gutiérrez la Torre y Aspillada respectivamente
En el Japón, las compañías de inmigración autorizadas publicaron anuncios en los periódicos de las diversas prefecturas del Japón en los cuales se ofrecían salarios de 1 yen y 20 sen al día, pero que podía incrementarse si se laboraba bajo el sistema de tarea, se informaba también que las haciendas donde los emigrantes irían a realizar labores de agricultura, se ubicaban en el área de los desiertos de la costa y que el clima era siempre bueno, ni excesivo frío ni calor, siendo adecuado para un japonés. También se señalaba la ausencia de enfermedades endémicas, siendo además la zona apropiada para las buenas condiciones de salud. Concluía el anuncio al afirmar que los peruanos dan una cálida bienvenida a los japoneses.
Todo interesado en emigrar debía reunir las siguientes condiciones: tener entre 20 y 45 años, buena salud y rectitud moral. En el contrato figuraba que se trabajaría en las haciendas azucareras durante un período de 4 años; siendo las jornadas de trabajo de 10 horas diarias en el campo y 12 en los ingenios. Se establecía también que el sobre tiempo no debe exceder de 2 horas; y se establecen los domingos y feriados como días de descanso.
Las obligaciones de los hacendados incluían el pago de los gastos de viaje, desde la salida en Japón hasta el lugar de destino en el Perú, y el proporcionar vivienda y ayuda médica.
Además, se establecía que cada trabajador recibiría un juego de ropa de trabajo, un sombrero y un par de zapatos proporcionados por la compañía de emigración.
A Pomalca llegaron 13 obreros procedentes de Niigata y 37 de Yamaguchi
El año 1908 llega otro grupo desde la gran Isla de Shikoku de la prefectura de Kochi, zarparon del puerto Kobe el 31 de Octubre, en el barco Itsukushima Maru que traía 811 trabajadores japoneses para las haciendas del Perú. Arribaron al Puerto del Callao el 10 de Diciembre de ese mismo año. Los de Kochi fueron 22 pioneros, los cuales tuvieron como destino la Hacienda Pomalca, propiedad en ese entonces de la familia de hacendados Gutiérrez Pestana .


Cabe mencionar que los primeros inmigrantes asiáticos fueron solo hombres, algunos de los cuales se comprometieron con mujeres de la localidad, otros lograron una mejor situación económica lo que les permitió llamar a sus esposas o se comprometieron por matrimonio por retrato (shashin kekkon), en el cual los cónyuges sólo se conocían a través de fotografías, el hombre soltero enviaba su fotografía a sus parientes en Japón, y éstos le ayudaban a conseguir esposa. Además, los familiares se encargaban de remitirle fotos de las candidatas a esposas al interesado.
Después de la aprobación de ambas partes, el novio enviaba una carta poder al Japón para casarse. En el matrimonio estaban presentes el representante del novio y los parientes de ambos contrayentes. Posteriormente, el nombre de la esposa se inscribía en el registro familiar (koseki) del esposo para hacer oficial el matrimonio.
Después de realizado el matrimonio, el esposo tenía que asumir los gastos que demandaría el viaje al Perú de su esposa. Generalmente ocurría que el esposo después de ahorrar por muchos años era al fin capaz de desembolsar la cantidad de dinero requerida para traer a una esposa de Japón, por lo que en mucho de los casos los migrantes eran hombres maduros, en cambio las novias eran mujeres jóvenes.
¿Pero por qué las mujeres japonesas aceptaban casarse con hombres mucho mayores que ellas? Muchos migrantes enviaban fotos tomadas en sus años de juventud, o se mandaba la fotografía de un amigo mejor parecido que el solicitante. A veces sucedía que la esposa, al conocer a su esposo, desistía de cumplir con el acuerdo matrimonial, pero en la mayoría de ocasiones la mujer respetaba la unión.

Una de las actividades de estos japoneses imitada por mucho tiempo acá en Pomalca fue el pandero, éste consistía en aportes de dinero fijo por parte de un grupo de participantes que eran entregadas, por turno, a cada integrante. El organizador tenía el número cero, y era quien se beneficiaba por única vez sin aportar dinero, pero tenía la responsabilidad de entregarles a todos su dinero según su número.
Entre los últimos japoneses que vivieron acá se recuerda a los señores Kamimura y el señor Uyeke quienes se dedicaron a la peluquería brindando sus servicios a la familia de la Piedra así como a toda la población.
 

 

 

OTRA DEL CINE POMALCA

 

Eran cerca de las 9 de la noche allá por los años 55 cuando regresaba de la casa de unos familiares que tenían su casa “de campo” por los “cochineros” que quedaban a la altura de la parte trasera de la Fabrica, pasando el Reservorio.

 (Información para los jóvenes actuales: Se llamaban así a cientos de  barracas semejantes a una pequeña ciudad construida especialmente para la crianza de chanchos y donde muchos pobladores de Pomalca tenían sus lotes ocupados por sus porcinos de todo tamaño y raza.)

Al pasar la acequia que quedaba por la Calle de Los Burros (Espinal) (llamada así porque casi todos los moradores de esa calle tenían burros y era casi imposible atravesarla de noche por su oscuridad y porque todos los burros estaban tirados en plena calle durmiendo lo que hacía imposible no tropezar con ellos) vi que habían grupitos de personas hablando airadamente pero no les entendía nada, al seguir acercándome a la esquina donde vivía don Alejandro  Olano; que era el que tocaba el famoso  “Tu Té” llamando con el silbato de la locomotora  en la madrugada a los cortadores de caña; me encontré con un grupo de muchachos mucho mayores que yo y entre los que se encontraban, “Pellejo” Sánchez , el “loco” Arriola , Bolo Asenjo , Pancho Barco, Ascoy, Novoa  y otros que venían del cine el cual había sufrido la paralización de sus funciones propiciada por los parroquianos ante la atónita mirada de don Arbulú , Tuta Rodriguez y un poco mas allá el “chino” Lele.

La razón de algunos pequeños destrozos de bancas de madera  era muy simple para la gente que los causó: En primer lugar la película era muy mala y no era posible que “el joven” ( asi llamaban en ese entonces al héroe de la película) muriera casi al comenzar ésta y eso no podían perdonar. No había razón de que continuara una película en esas condiciones y con ese libreto.

La población estuvo sin cine cerca de un mes mientras se reparaban las bancas de madera y mientras tanto tenían que esperar las películas; generalmente de los 3 Chiflados que pasaban los sábados la camioneta de Mejoral ó Anacín y que lo hacían en alguna pared de alguna casa de Las Delicias ; en plena calle y como propaganda de sus productos farmacéuticos.

Se concientizó a la gente para que no hiciera esto nuevamente y se aprendió la lección.

Y como dice don Raul Guevara En ese cine se forjaron personajes como "Quique", "Chancho", ¿Se acuerdan cuando "robaban" en las películas?  (Robaban era el vocablo que se empleaba para expresarse cuando hacían cortes a la película)

 

SEMBLAZA DE PERSONAJES ICONOS DE POMALCA

 Aun está en mi mente las calurosas y polvorientas calles de Pomalca; aun recuerdo cuando renegando iba a comprar a la surtida y gran tienda de Paredes, en esos tiempos era lejísimo para mi caminar desde el costado del Parque Infantil, que es donde quedaba mi casa hasta la referida tienda, la misma que quedaba a menos de 150 metros de distancia, iba aun repitiendo en mi mente los encargos de mi madre cuando estos se veían turbados por los repetidos golpes secos emanados del martillo sobre el “diablo” de don Valladolid, quien estaba reparando zapatos a más no poder en la puerta de su casa con su espigada y morena figura sentado sobre un pequeño banquillo de madera y sosteniendo sobre sus rodillas sus implementos de trabajo. Caminaba unos pasos y estaba pasando por el Club Enrique de la Piedra y el ruido interior de sus parroquianos, y a unos escasos metros veía ya la boletería del cine con su cola interminable de personas en su mayoría adolescentes y niños y en la entrada principal con su impecable traje y su corbata “michi” y con su mirada vivaracha para ver si todos entregaban boletos de entrada se encontraba Don Arbulú con su pulcra y blanca cabellera; luego pasaba por el quiosco de jugos de doña Pascualita Vera que se encargaba de actualizar a sus clientes sobre los últimos acontecimientos sucedidos en Pomalca. Unos metros más allá se encontraba el mercado y la primera tienda que veíamos era la de don Mora que era el único que daba confites como “yapa” , y frente a él las peluquerías de Uyequi , kamimura y la sastrería de Tantachuco, en la otra esquina del mercado se olía a unos deliciosos guisantes provenientes de la Pensión Muro y frente a ella veíamos al flaquito Don “Potocho” Vigil vendiendo su raspadilla en la única maquina raspadillera que existía en Pomalca ya que su competencia lo hacía con los conocidos “cepillos”.

Veía gente transitar alrededor del mercado seguramente para ir a las tiendas de Pariatanta ó Meneses cuando al fin llegaba a la tienda de don Paredes y después de hacer mis compras regresaba a mi casa sudoroso y cansado no sin antes ver en el camino el viejo camión de “Ñopo” y el ruido infernal del tractor conducido por Azalde y a los conocidos “galleros” don Roberto Bazán y merino; y oír gritar a Cholo” Díaz Rubio “soy soldado de Benel”.

Aun añoro los tiempos en que en Carnavales salía el “Ño” Carnavalón hecho por don Augusto Salazar desfilando por las calles de Pomalca al ritmo de los acordes de la Banda de Reque y al frente de todos ellos a don Pancho Segura con sus “polainas” de cuero y sus finos bigotes emulando a “Chicote” el personaje de las películas mejicanas y cuyo apelativo llevaba también por su parecido con el actor mejicano; para luego pasar en las noches a divertirse en las “Ramadas” de la Cachay , al costado del Camal o a la de Ascoy ; vestido casi siempre de “caqui “en la puerta de su casa.

 Porque no recordar también al “Panzón” Peña Gobernador de Pomalca nombrado por los Piedra y no por autoridades políticas como ahora, aunque en ese entonces los Piedra tenían poder, económico y político. Porque no recordar también a don Augusto Castaños Salazar dirigiendo a sus “regadores” de calles, muchachos contratados para regar calles de las aguas de las “sangrías” que eran canales de agua que pasaban por el medio de las calles y eran los desagües de la época. Porque no recordar también a don Bustamante jefe de “rodeadores” (término quizás de Rodeo del viejo Oeste americano) montado en su caballo dirigiendo a sus “apuntadores” de campo o controladores de asistencia de los agricultores.

 Y no nos olvidemos de los partidos de futbol jugados en la antigua cancha de tierra (donde es hoy la Iglesia) y los grandes encuentros entre el “Estrella Roja” de “Pálido” Monteza, “Perico” Mathew, Víctor Aspillaga, “Pavita” Martínez, Salvador Morales, “Canchita” Samamé, “Chulicho” Gonzales y Memo Castaños, con equipos de Chiclayo y de las otras Haciendas azucareras, ó ver también al equipazo del Enrique de la Piedra de Arenas, Chavesta, “Flaco” Tello, “Maquina” Clavo, “Chueco” Ermeto Migdoño etc. Y como no recordar también noches de tertulia que se realizaban en la Cafetería “El Cairo” del japonés Manuel Sánchez quien cambió su nombre original y que quedaba frente a la casa de Merino.

 Después de rememorar a algunos personajes de Pomalca me retiro a mis cuarteles de invierno como diría don Gilberto López Torres “Estoy más golpeado que las rodillas de Valladolid”

Hasta pronto.

COLEGIO OCTAVIO CAMPOS OTOLEAS

 

El espíritu de lucha y el deseo de superación obligaron a los obreros de la hacienda Pomalca a través del sindicato, exigir a los hacendados la creación de un Colegio Secundario para que las nuevas generaciones de jóvenes no se quedaran solo con la Educación Primaria, sino que continuaran hasta lograr una profesión. Esta exigencia de los obreros no era de agrado de los hacendados De la Piedra, ya que estos preferían tener a los jóvenes trabajando en el campo o en su fábrica, que verlos estudiando. Pero al fin los obreros lo lograron. Es así que en abril del año 1965 se crea el Colegio Cooperativo Secundario de Pomalca, siendo su director el Prof. Luis Rodríguez Esqueche. Antes que termine el año, el 20 de octubre, este reciente colegio se nacionaliza mediante Resolución Ministerial Nº 1222 y se le denomina Colegio Nacional Mixto de Educación Secundaria, al que acertadamente a pedido de un grupo de obreros se pidió que llevara el nombre de una de las víctimas mortales de la masacre del 20 de enero del año 1962. Todavía estaba fresco en la memoria el asesinato del adolescente obrero de la hacienda con apenas 14 años de edad llamado Octavio Campos Otoleas. Es así como en Pomalca empieza una nueva oportunidad para las jóvenes generaciones. Al año siguiente 1966 se nombra en la dirección a don Juan Manuel Heredia Barón quien desempeña el cargo hasta el año 1974, durante todo este periodo este local funcionó en un viejo canchón ubicado en la calle Lima, local donde antes eran alojados los obreros sin familia que llegan por contratas de la sierra para trabajar en el corte de caña. Estos vetustos locales no contaban con servicios higiénicos y los estudiantes ocupaban el baño público ubicado en media calle de la Santos Chocano. En este periodo y hasta el año 1970 los estudiantes vestíamos el uniforme de dril color beige, camisa manga larga, corbata y un gorro llamado cristina con un círculo rojo, que era el distintivo de la secundaria, así también llevábamos galones que indicaban el año de estudios según el número de cordones que se colocaban, los zapatos eran de color marrón y la mayoría calzábamos los confeccionados a mano por don Cusquén , un robusto y hábil confeccionista de zapatos de cuero y gruesa suela. Tan rígidos que parecían hecho de madera. Todos con su morral al hombro cargando sus útiles escolares entre ellos el libro de Instrucción Pre militar, muy útil para la buena disciplina. A partir del año 1971 dejamos este uniforme y pasamos al uniforme único. Camisa blanca, pantalón gris y zapatos negros. El año 1970 el colegio amplia sus servicios a Educación Nocturna, brindando oportunidad a muchos obreros y mujeres deseosos de iniciar o culminar sus estudios secundarios. Su director fue don Ricardo Amenero Tokomura. Este servicio nocturno termina el año 1978.
El año 1974 llega a la dirección el profesor Roberto Sánchez Becerra. En su periodo la población estudiantil creció considerablemente por la presencia de alumnos de los anexos de Saltur, Sipán, Pacherrez, Pampagrande que eran trasladados en ómnibus escolares que la cooperativa adquiere y que obliga al colegio a contar con dos locales, se acondicionaron aulas en la casa de los ex hacendados y luego se trasladan en su totalidad provisionalmente a la parte posterior del Casino Pomalca.
El año 1979 llega el nuevo director, don Jorge Rómulo Guerrero Orrego a quien le corresponde trasladarse definitivamente a su propio local el año 1982. Esta nueva infraestructura se logró con gran apoyo de la cooperativa y en especial de la gestión de los señores Nicanor Monteza y de don Bernardino Céspedes. Esta dirección culmina su gestión los primeros meses del año 1996 y se encarga hasta el final de año a la profesora Gladis León. Al año siguiente el 1997 se le encarga a la profesora Martha Prevós. El año 1998 y 1999 dirige el profesor Segundo Abanto Vera. En el año 2000 se hace cargo el profesor Jorge Alarcón, dirigiéndola hasta el año 2005, año que es retirado por motivo disciplinario y reemplazado al año siguiente por la profesora Lucy Máximo. El año 2007 se hace cargo el profesor Gilberto Calderón Coello. Al año siguiente, nuevamente llega el profesor Segundo Abanto Vera, quien por procesos administrativos es reemplazado el año 2008 por la profesora Segunda Saavedra Pinedo quien cumple funciones hasta el 11 de abril del presente año. La crisis institucional ocasionada por los continuos encargos de la dirección y por la designación de profesores que cumplían procesos administrativos obliga a la Dirección Regional de Educación a enviar a dos especialistas para hacerse cargo de la institución, teniendo como director encargado al profesor Napoleón Días Tello y subdirector al profesor Enrique Días Quispe a quienes se les ha encargado la misión de recuperar el buen funcionamiento de esta Alma Mater pomalqueña y entregarla a quien tenga la capacidad de conducirla exitosamente. Los ex octavinos y todo Pomalca exigimos su pronta recuperación.

 
 

 

 

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COLEGIO OCTAVIO CAMPOS OTOLEAS

 

 

 

Biografia:

Otro de los ilustres personajes que han llenado de historia en Pomalca fue don Anaximandro Doig Ortiz, Destacado Maestro de descendencia Escocesa nacido en la ciudad de Lambayeque el año de 1893, quien con el titulo de Preceptor principal de segundo grado, en 1919 asume la direccion de la Escuela de Varones Tacna. Don Anaximandro Doig Ortiz desde los 26 años de edad desempeño su labor de educador en la escuela Tacna y lo hizo hasta el ultimo dia de vida ocurrida el 17 de Febrero de 1952.

Anaximandro antes de llegar a Pomalca fue profesor en una escuelita de Patapo donde tuvo como alumno al reconocido poeta Nicanor de la Fuente Sifuentes mas conocido como NIXA quien nos relata que cuando tocaba la Leccion de Castellano, el profesor Doig nos leia los versos que el mismo escribia.

 
 

Cronicas de don Juan Angel Ortiz Luna

 

Te felicito por esas crónicas y remebranzas sobre nuestro querido Pomalca en esta cuenta del Facebook tan interesante y que me transporta a mis años juveniles al lado de grandes amigos que han perdurado en mi memoria a través de los años. Valoro tu interés en hurgar en el pasado que, parafraseando a Jorge Manrique diría que "fue mejor" por los valores que se cultibaban y que lamentablemente -como en toda nuestra sociedad- se han ido perdiendo con el transcurso del tiempo. En correspondencia a ello, te voy a contar una historia que, con toda la modestia del mundo,hará recordar a muchos pomalqueños que vivieron intensamente esa etapa tan hermosa de la música que discurrió en la década del 70 y que les demostró a pueblos vecinos -y no tan vecinos también- que nuestra comunidad producía valores en el canto capaces de rebasar y trascender sus propios límites para llevarles un poco de alegría cuando nuestra televisión aún era incipiente y no alcanzaba la tecnología de hoy.

 "Mas o menos en 1965 un grupo de muchachos nos reuníamos al atardecer en la esquina de la casa del Sr. Tantachuco en lo que actualmente es la calle San Carlos, actualmente San Martín, frente al mercado donde se ubicaba la bodega del Sr. Rivera; para tararear algunas canciones de moda interpretadas por el Dúo Dinámico, Enrique Guzmán, Los Iracundos, Jimmy Santi, Pepe Cipolla y otros. Entre esos muchachos se encontraban, "Chicho" Díaz (hoy Profesor jubilado), Asdrúbal Paredes (Duval), Lucho Ché (cuyos padres tenían una bodega al frente), Carlos Esquivel (ya fallecido y que hacía sus pininos en la batería), Manongo Pasco(radicado en Lima), quien esto escribe Juan Ortíz Luna (en ese entonces mas conocido como Juani Amaya por el apellido paterno de mis hermanas) y otros.

 Seguramente que no lo hacíamos tan mal que atrajo el interés de nuestra profesora la Srta. Bertila Vílchez, quien nos invitó para participar en una velada que organizaba el Colegio en el cine (Esas veladas de antes en que se interrumpía la proyección de la película para presentar a los artistas) en la que "actuamos", si así se le podría llamar ya que lo hicimos con una sola guitarra rasgada torpemente por mí y con una "batería" hecha con ollas de cocina que la tocaba hábilmente Carlitos Esquivel.Esta actuación produjo un efecto contrario al deseado en los oidos de los espectadores ya que empezaron a silbarnos arrojándonos lo que tenían a la mano saliendo con el "rabo entre las piernas" al terminar la primera canción los aprendices a artistas.

 Al día siguiente y "en salvaguarda de nuestro mellado honor" llamé y convencí a Chicho Díaz para ir a Chiclayo e inscribirnos como Dúo en cuanto concurso radiofónico hubiera.Hice esto por que descubrí en él una excelente segunda voz que se complementaba a la perfección con la mía. Les demostraríamos a nuestros paisanos que "si podíamos" y pusimos manos a la obra inscribiéndonos en Radio Lambayeque que contaba con un pequeño teatrín el cual, si lograba reunir a 4 espectadores era mucho. Como admirábamos al Dúo español,el nombre que adoptamos fué "Los Dinámicos de Pomalca" y empezamos a aprendernos todas sus canciones en cuanto local chiclayano contara con esas rockolas de antes, donde insertábamos una moneda y salía la canción que buscabas. El lleno total de ese teatrín se dió en un proceso que no duró mas de un més y los responsables de ello fuimos nosotros, ante el asombro del Director de esa emisora Don Claudio Baquedano. Para llegar a la final tuvimos que derrotar a muchos artistas, hoy muy conocidos, con un acompañamiento musical mas capáz que nos apoyó pues paralelamente nos convocaron a programas de otras radios. Se realizó esta en el Coliseo Sorogama, y nuestra 1era canción fue "Esos ojitos negros" cuya introducción no nos salía en el silbido por los nervios. Me acuerdo que al anunciarnos el presentador ante el lleno total hubieron gestos de burla que se disiparon al concluir la misma en que demoraron mas de 20 segundos en aplaudir, tiempo que pudieron salir de su perplejidad. Fuimos los únicos a los que se exigió cantar 6 canciones y por ello Don Juan Rafael Sorogastúa nos invitó a su programa infantil del Canal 4 de tv. donde posteriormente intervenimos en un Concurso que se realizaba los días sábados, presentado por diversas personalidades de Chiclayo y Lima y con el acompañamiento musical del Cholo Montenegro.

 Recuerdo -con mucho orgullo- que el nombre de Pomalca se posicionó mucho mas en el corazon de los lambayecanos y mis paisanos, como si estuvieran ávidos de ver un partido de fútbol de la selección, pagaban sus 50 c. en las contadas casas que tenían tv.para mirar el programa concurso y alentarnos mentalmente; dejando -cosa curiosa- vacías las calles durante la hora en que se desarrollaba el programa. Fuimos por ello, representantes y embajadores musicales de nuestra tierra durante mucho tiempo. Ganamos la final del concurso, nos contrataron como artistas de la plana de Canal 4 alternando con colegas de la Capital.Muchas veces, presentadores de la talla de Pablo de Madalengoitia nos quisieron llevar a Lima, pero el destino no lo permitió por circunstancias propias de la vida. Hoy, muchos de nosotros ya no estamos en Pomalca, pero los que vivimos lo hacemos siempre pensando en los buenos momentos en que a diferencia de hoy practicábamos el arte, jugábamos fútbol calle contra calle y en suma nos divertíamos sanamente. He querido contarles esta historia como un mensaje a los jovenes pomalqueños de hoy y como un homenaje a mis amigos de entonces y de siempre y al Pomalca de nuestras mejores vivencias.

 

Hace 49 años tiñeron de rojo a Pomalca, esta frase fue la noticia y el editorial de muchos diarios y revistas como el caso de la revista huerequeque que nos narra los sucesos trágicos ocurridos a las 10. 45 de la mañana del sábado 20 de Enero del año 1962.
7 muertos y más de 30 heridos de bala fue el saldo en contra de esta justa demanda de los obreros Pomalqueños que junto a sus mujeres, tras 26 días de huelga exigían a los señores Hacendados De la Piedra un mejor salario y un buen trato que les permitiera vivir con dignidad y con posibilidades de la educación de sus hijos.
El estado había otorgado leyes a favor de los obreros de todo el país, sin embargo los señores de la Piedra no querían cumplirlo en su hacienda. Aquí no se gozaba de las garantías ciudadanas y por ello en aquel entonces era un gran anhelo convertirse en distrito.
En entrevista realizada a los protagonistas de esta lucha sindical nos relatan que a escondidas en medio de los cuarteles de cañas por temor a las represalias o a la traición de sus mismos compañeros ellos se reunían clandestinamente para formar su sindicato, y con mucho esfuerzo lo lograron el 6 de enero del año 1961. En la navidad del mismo año , el 25 de diciembre , en asamblea general los obreros acuerdan iniciar la huelga general indefinida exigiendo la solución al pliego de reclamos, al mismo tiempo que exigían a la zona de trabajo el reconocimiento oficial del sindicato, con mucho esfuerzo y venciendo el temor a los hacendados así como a la indiferencia de las autoridades políticas que entorpecían su organización lograron recolectar las firmas necesarias, logrando ser reconocidos legalmente el 6 de enero del año 1962. Esta primera dirigencia sindical estaba formada por don Humberto Ramos López quien era el secretario General. Neptalí Muñoz Velásquez que era el secretario de asistencia social. Manuel Vitón Díaz que ocupaba el cargo de secretario de actas, don Juan de Dios Pomares Arbulú que desempeñaba el cargo de secretario de defensa.
El 20 de enero a primeras horas de la mañana los dirigentes se dirigieron a la zona de trabajo a la ciudad de Chiclayo con la finalidad de pedir la intervención y mediación en el conflicto mientras acá en Pomalca los obreros y sus esposas salían a la calle para exigir sus derechos , las masas se encontraban por la calle San Vicente (hoy 24 de Junio ) frente al mercado dirigiéndose a la casa hacienda en busca de los hacendados, pero estos ya habían huido a la ciudad de Chiclayo. Justo a las 10. 45 de la mañana un contingente policial al mando del Mayor Horacio Patiño les sale al encuentro y da la orden de atacar , bombas lacrimógenas y luego una feroz balacera termina con la vida de 5 obreros: Aurelio Ballena Zarpán , Juan Pablo Medina Delgado , Antenor Clavo Julón, Demerando Ochoa Delgado y Gilberto Díaz Rubio, además 2 inocentes víctimas cayeron por balas perdidas: el niño Octavio Campos Otoleas y la señora Josefina Pupuche que estaba de visita aquel trágico día Los protagonistas de estos sucesos nos relatan que aquel día fue terrible, la incertidumbre se apoderó de muchos que no sabían que hacer, lo primero que acordaron fue no llevar a sus muertos al templo, ya que este se ubicaba a un costado de la casa hacienda, el resentimiento fue muy grande y los muertos fueron velados en la casa del secretario general del sindicato don Humberto Ramos para luego ser llevados en hombros hasta Chiclayo a enterrarlos en el cementerio el Carmen, donde hasta ahora descansan.
Todos los medios de comunicación calificaron de cínico el comunicado del gobierno que ni siquiera menciona a los muertos
La huelga se prolongó por 10 días tras el cual se firmó el acta del levantamiento de la misma así como también se formó una comisión investigadora de los sucesos que terminó con la renuncia del obispo, no se castigó a los responsables y los hacendados se vieron obligados a reconocer los beneficios a sus obreros.
Logros importantes de esta lucha fueron la jornada de 8 horas de trabajo, el goce de vacaciones, la estabilidad laboral, acceso a la educación de los hijos de los trabajadores e incentivos a la producción. Esta masacre fue una de las últimas que nos registra la historia de Pomalca y de la que aun hay testigos y un importante número de fotografías que fueron captadas antes, durante y después de este trágico suceso que al finalizar la ceremonia ustedes podrán apreciar.
Es oportuno también hoy recordar un suceso escrito en nuestra historia lambayecana que poco se ha conocido y que por tratarse de nuestro querido Pomalca debemos recordarlo. En el mes de julio del año 1917 sucedió una primera masacre en contra de obreros que exigían su pago en metálico y no en vales que por ese entonces el patrón daba para ser canjeado en los tambos de la hacienda en la que los productos eran de mayor costo y en el que se promovía el consumo de alcohol, coca y tabaco, esta brutal represión también terminó con la vida de 7 obreros, los nombres de estas personas no han sido registrados en la historia.
En este día merecidamente rendimos un homenaje a los obreros de la época de la hacienda que con su esfuerzo hicieron grande esta nuestra dulce tierra azucarera de Pomalca que endulzó durante 4 siglos de existencia no solo a nuestro país sino también a gran parte de América y en muchos casos nuestros obreros que fueros nuestros padres y abuelos lo hicieron con la mas amarga forma de existencia del ser humano, la explotación.

 
 

 

Don Victor Aspillaga nos cuenta que jugó en el Enrique de la Piedra y que la delantera la formaban de la siguiente manera, según sus propias palabras:

El “Chino” Arenas jugaba al medio, Salvador Morales a la derecha, “Cachufo” a la izquierda y él jugaba de interior.

Expresó además que el “chino” Arenas en una oportunidad  jugó en el Aurich de refuerzo contra Alianza Lima y don Adelfo Magallanes se lo quiso llevar a Lima pero no quiso;perdiéndose una gran oportunidad; igualmente a Salvador Morales lo tentó el Municipal y tampoco quiso ir a Lima por que en ese tiempo estaba enamorado en Collud.

Cuenta también como anécdota que el Director del Tacna Don Anaximandro Doig en una oportunidad quiso castigar a Salvador Morales pero necesitaba para ello tener un motivo y por ello lo sacó al frente de la clase y comenzó a preguntarle la tabla de multiplicar en toda forma y hasta se salía de la tabla para que cayera pero “Garrincha” Morales era un experto en Matematicas y sus compañeros de clase lo recuerdan también por ello por que era “un zorro” en ésta materia, nunca fallaba y contestaba muy rápido.

TURISMO EN POMALCA

Pomalca tiene muchas bases como para promover el Turismo desde el propio Distrito; tenemos cerca a Huaca Rajada, a Collud; desde cuya cima se ven hermosos paisajes que abarcan desde Chiclayo hasta Tumán y además tenemos a Ventarrón etc. Pero para lograr ello aparte de la difusión propia del tema; debe existir una infraestructura aparente para el turista ó visitante como son los alojamientos ó Hoteles; pero nos hemos dado con una ingrata sorpresa, en Pomalca existen hasta 3 Hoteles o Alojamientos, que solo el término del vocablo les queda muy ancho, sus dueños tienen complejos de firmamento (ven muchas estrellas y se los colocan a sus alojamientos). Cuando uno acude a uno de ellos a preguntar por habitaciones lo primero que hacen es responder con otra pregunta: SE VA A QUEDAR POR UN MES, SEMANAS O DIAS O SOLO UNAS HORAS?

Al ingresar a las habitaciones te encuentras con algo que te ruboriza sobre todo si vas con tu esposa; todos tienen espejos por doquier como si se trataran de antros de perdición y los costos no bajan de s/. 35.00 soles por día.

Es importante cambiar la mentalidad de los dueños de alojamientos y hacerles ver lo bueno que es el Turismo y como se debe tratar al visitante.

Indudablemente los pomalqueños que regresamos de visita no nos queda otra que regresar a hospedarnos en Chiclayo.

VENTARRON

 

La cuna de la civilización peruana y El templo más antiguo de América
El descubrimiento de un templo perteneciente al periodo Arcaico o Precerámico Tardío, es decir cuando todavía no se fabricaba cerámica ha ubicado a nuestro distrito en un lugar importante en nuestra rica y variada historia; esta importante edificación posee una arquitectura altamente desarrollada, con imágenes y símbolos que reflejan un nivel de desarrollo importante. Este templo fue construido con bloques de barro en la misma época que la cultura Caral, cuya antigüedad es de 4000 años.
En el ambiente principal del templo se halla el Mural más antiguo hallado en el Continente. Es la representación de un venado atrapado entre redes, lo significativo de este mural es que no muestra serpientes, felinos o dioses de la cultura andina que estábamos acostumbrados a ver en esta etapa de nuestra historia. Así mismo se ha encontrado un fogón que sería el centro de un altar en el que se rendía culto al fuego sagrado. En las zonas externas del templo ubicadas al norte y sur se hallaron murales en forma de “V” decorados por franjas rojas y blancas, en esquinas curvas, mostrando una arquitectura muy particular. Este templo al final fue cubierto intencionalmente por los mismos constructores. El arqueólogo Alva explica que las culturas antiguas enterraban las edificaciones al terminar el ciclo de vida de estas, por considerarlas un lugar sagrado y que al momento de sepultar el templo, los habitantes de entonces dejaron ofrendas como una concha de nácar proveniente de Ecuador sobre la que se talló un rostro primitivo, así como el esqueleto de un mono y un guacamayo, este último con un collar de turquesas puesto sobre el pecho como elementos de carácter ritual

 

 

UN HÉROE DESCONOCIDO
Revisando los nombres de las calles de nuestro distrito encontramos a Apolinario Salcedo, calle paralela a la carretera a Chiclayo donde se ubican las Instituciones Educativas “Tacna” y “María de Lourdes”. Después de una breve investigación de este desconocido nombre, se pudo comprobar que esta calle fue nombrada así en el año 1955 en la época de la hacienda, cuando esta deja de ser una simple vía ferroviaria que conducía hasta el puerto de Eten y un simple camino carrozable que conducía hasta Chiclayo. La construcción de estas dos escuelas y el antiguo hospital le dieron la jerarquía para convertirse en una nueva avenida al trasladarse los mencionados colegios de su antiguo local ubicado en la calle El Patio donde había funcionado desde al año 1913, cuando aún se denominaban Escuela de Varones “Tacna” y desde el año 1916 la Escuela Particular de Mujeres “Arica”. Por ese entonces estaban todavía frescas las heridas de la guerra con Chile y nuestro país luchaba en la vía diplomática por la reincorporación de Tacna y Arica al seno de la patria y como todo sabemos, se pierde Arica que pasó definitivamente a Chile. En justa memoria la hacienda Pomalca, por esta razón nombra a estas escuelas con los nombres de estas ciudades, pero aún más, luego nombra a esta nueva calle como Apolinario Salcedo, y ¿Quien sería este personaje? Como no podía ser de otra manera, tenía que haber una relación entre estos tres nombres que formaron parte de una trágica historia. Apolinario Salcedo fue un héroe Lambayecano, del que aún poco se conoce, pero que Pomalca no lo olvidado.

Gran Militar lambayecano del grado de Capitán, hijo de hacendados y acaudalados comerciantes y de descendencia de otro gran héroe lambayecano como lo fue don José Leonardo Ortiz Salcedo, así como también del mismo tronco familiar del Presidente Augusto B. Leguía Salcedo. Este gran militar fue compañero de guerra de Grosio Prado, hijo del Presidente Mariano Ignacio Prado, con quien son destinados al Ejército del Sur, que operó bajo las órdenes del General de División EP Juan Buendía. Ambos Pelearon valientemente en la batalla del Cerro de San Francisco en Tarapacá el 19 de noviembre de 1879 en la guerra con Chile. A pesar del gran problema del desierto por falta de agua que los obligaba a caminar grandes distancias para llenar sus cantimploras, logró con éxito, tras una apuesta gloriosa con Grocio Prado y don Justo, tomar la cima del cerro San Francisco. La tropa aliada peruano- boliviana empezó a subir, ganando posiciones lentamente. Grocio Prado subía con su unidad, pero fue sorprendido y detenido, siendo fusilado por las tropas chilenas que se encontraban en la cumbre. Mientras Apolinario Salcedo junto al teniente coronel Ladislao Espinar capturan con audacia dos cañones chilenos permitiéndoles seguir hacia adelante pero a escasos metros de la cumbre, el teniente coronel Ladislao Espinar cae herido y debilita el avance. Apolinario Salcedo continua en la lucha, mientras en la parte baja ya se empezaba la lucha cuerpo a cuerpo. Entonces sucede lo peor, las fuerzas bolivianas comandadas por Hilarión Daza que comandaba las tropas “Casacas Rojas bolivianas” con uno 3000 soldados empezaron a sentir un incontrolable temor por la lucha cuerpo a cuerpo e hizo que abandonaran la lucha dejando sus armas regadas por el desierto y huyendo rumbo a su tierra. Los pocos soldados que estaban a punto de tomar el cerro comandados por Apolinario Salcedo se vieron obligados también a retirarse, ellos fueron los últimos que abandonaron el cerro conquistado con tanto heroísmo y que tanta sangre había costado. Cuando se produce el desbande boliviano, los chilenos cargan por tercera vez y arrojan de la cima a exhaustos soldados peruanos siendo derrotados.

 
 


 

 
 

 

Hans Heinrich Brüning o Enrique Brüning (n. 20 de agosto de 1848, en Hoffeld, Alemania - † 2 de julio de 1928, en Bordesholm, Alemania) fue un investigador alemán de la Cultura Moche.

Biografía

Sus padres fueron Jochim Brüning y Anna Magdalena Brookstedt. En sus inicios el joven Hans Heinrich se graduó de ingeniero mecánico y a la edad de 27 años, decidió embarcarse a Perú llegando al puerto del Callao el 12 de septiembre de 1875. Cinco días después desembarca en el puerto Eten de Chiclayo y se puso inmediatamente al servicio como mecánico de la hacienda azucarera de Pátapo. Pero curiosamente Brüning no se presentó como ingeniero, sino como comerciante y luego como administrador.

Una vez radicado en el norte peruano, comenzó a visitar las haciendas aledañas y sería recién a partir de 1894 que se le conoce con el nombre de Enrique, según el diario guardado en los archivos del Hamburgisches Museum Für Völkerkunde de Berlín. Pero estos apuntes personales revelan algo asombroso: están escritos en alemán hasta 1890, y luego lo hace en español entre 1906 y 1909, para finalmente volver a su lengua materna hasta el final de sus días.

Se sabe que el romance de Brüning por la arqueología empieza en 1883 cuando conoce a Adolph Bandelier, un diestro en los estudios arquitectónicos de los edificios prehispánicos y, desde entonces, Brüning tomó su pesada cámara fotográfica y empezó a retratar las construcciones más antiguas y también a los habitantes de la época.

Fotógrafo aficionado y buen dibujante, logra levantar planos que hasta hoy llaman la atención de los entendidos, además de registrar más de 2 mil fotos en placas de vidrio, en películas negativas y positivas, como lo afirma Corinna Raddatz, estudiosa de la colección visual de Brüning.

Empieza a comprar y recolectar piezas arqueológicas como ceramios, metales, piedras preciosas y tallados en maderas. Su vida empieza a inclinarse por la etnografía, la arqueología y como un hombre querido y respetado aunque de muy pocos amigos. Fue sin duda un ser modesto: casi nunca se autorretrataba.

Cuando Enrique Brüning contaba con 49 años de edad (en 1897) y con veinte años en el Perú, decide regresar a su país. Todavía se mantenía soltero. En Alemania completa su biblioteca y se vincula con instituciones de primer nivel. Regresa al Perú en 1898 a bordo del vapor Amasis.

En 1902, Brüning inicia una arriesgada expedición a fin de encontrar el camino más corto entre la cuenca del Marañón y el litoral del Pacífico. Esta travesía la realiza junto con el ingeniero polaco Eduardo de Habich y el hacendado Manuel Antonio Mesones Muro, con quienes llega hasta el pongo de Manseriche. Brüning aprovechó la ocasión para escribir una descripción etnográfica de los pueblos aguarunas.

Los habitantes muchik del norte peruano le rehuían a los extraños, pero Brüning hizo un trabajo paciente, tomó chicha de jora con ellos, y se ganó su confianza a tal punto que tuvo más de cien compadres. Esta acogida le valió para quedarse a vivir en la Villa de Etén con la intención de estudiar el idioma muchik, y más adelante escribir un diccionario de esta lengua nativa que fuera publicado en 1917. Es autor de otras publicaciones como "Estudios Monográficos del Departamento de Lambayeque", y una serie de artículos que publicó en las revistas alemanas "Anthropophyteia" y "Globus".

Así como se dedicaba a manuscritos etnográficos, Brüning como gran violinista y amante de la música, se consiguió algunos cilindros de cera y empezó a grabar música en el dialecto muchik. Hoy los originales se conservan en el Museo Antropológico de Hamburgo de Alemania y forman parte de las primeras grabaciones de música popular hechas en Perú.

Durante los 50 años que estuvo en Perú, se dedicó a comprar y coleccionar cerámicas, tanto así que en 1916, las piezas ya no cabían en su habitación y empezaron a estorbarle, por lo que decide vender parte de su colección al Estado peruano en 60,000 soles, cuando era presidente Augusto B. Leguía.

Las piezas desde entonces formaron parte del Primer Museo Regional del Perú ubicada en la propia casa de Brüning, y ya en 1921 se convirtió en el Museo de Brüning, siendo el propio Enrique el primer director nombrado con un sueldo de cuatro soles mensuales.

Pero el cargo le duró muy poco tiempo debido a sus 77 años de edad y los malestares de salud. Renunció para marcharse una tarde lluviosa del 17 de junio de 1925, sin que nadie lo despidiera en el embarcadero de Puerto Etén. Ya en su patria, un fulminante paro cardíaco apagó su vida el 2 de julio de 1928, en la ciudad de Bordesholm, a pocos días de cumplir 80 años de edad.

 

Estas imágenes nos muestran la presencia de obreros de origen extranjero que llegaron a Pomalca. En la primera observamos a un Chino Culie, en condición de esclavo, con grilletes en los pies para evitar su fuga. Estos llegaron desde el año 1849 después de la abolición de la esclavitud. La segunda imagen Bruning señala Chino y negro de la hacienda Pomalca. Los esclavos de origen negro llegaron junto a los españoles. la tercera imagen nos muestra a un grupo de japoneses haciendo un descanso en la tarea de corte de caña. La cuarta imagen nos muestra una familia de japoneses en algún lugar de Pomalca.

 

Perú tierra de promisión

DESARROLLO DE LA MIGRACIÓN JAPONESA POR CONTRATO

En 1898 llegó al Perú Teikichi Tanaka, agente de la Compañía de Emigración Morioka. Encontrándose Tanaka en Brasil –promoviendo la migración japonesa a dicho país- recibió un telegrama de Augusto B. Leguía, su amigo personal y ex compañero de estudios en los Estados Unidos. Leguía, quien entonces se desempeñaba como gerente general de la British Sugar Company, lo instaba a visitar el Perú, expresándole el interés de los industriales azucareros por la contratación de los trabajadores japoneses.

 Makoto Morioka, jefe de la compañía del mismo nombre, solicitó a la Oficina de Asuntos Extranjeros del Japón incorporar al Perú a las áreas autorizadas para enviar migrantes. Ya que ello no se podía hacer sin una investigación in situ, dicha oficina ordenó a Yoshibumi Murota, entonces ministro residente en México a quién también se le había encargado el área peruana, viajar para realizar un estudio.

 La inspección tuvo resultados favorables. Sin embargo, debido a que el Perú era un país de inmigración libre, los contratos tenían que ser tratados por medios diplomáticos. Un funcionario del gobierno peruano, haciendo referencia al incidente del barco “María Luz”, le señaló al ministro Murota: Sin consultar al Perú, su país una vez capturó un barco nuestro, sostuvo que estaba en el tráfico de esclavos y liberó a 200 chinos de a bordo. Después de ello, el Perú sólo ha permitido la entrada de inmigrantes libres. Ahora usted quiere enviar migrantes contratados; ésta es una suerte de trata de esclavos y es contraria a nuestras políticas actuales. Nosotros no podemos permitirlo.

 Murota replicó que la migración por contrato, contrariamente a lo que ocurría con el tráfico de esclavos, buscaba la protección de los migrantes, prohibiendo su reclutamiento y transporte al extranjero, excepto por agentes oficialmente aprobados.

 Mientras tanto Leguía un personaje muy influyente en círculos financieros y políticos, continuaba sus conversaciones con los funcionarios del gobierno y con la Sociedad Nacional Agraria para evitar que sus planes fracasaran. Finalmente, el 19 de setiembre de 1898 el Ministerio de Fomento expidió una resolución suprema que decía: Vistos los anteriores oficios del Ministerio de Relaciones Exteriores, y el texto conforme el cual debe celebrarse entre la Casa Morioka y Compañía de Japón y los Agricultores del país, contratos para la inmigración de operarios japoneses con las modificaciones introducidas en el primitivo proyecto de contrato; apareciendo de dichos documentos y del dictamen Fiscal respectivo que las estipulaciones consignadas no se hallan en oposición con las leyes de la República; y siendo conveniente favorecer los trabajos agrícolas ensayando el medio propuesto de proporcionarle brazos.

 Permítase en tal carácter la emigración de operarios japoneses, conforme a los documentos citados, cuya publicación debe hacerse en el Registro Oficial, Comuníquese, regístrese y publíquese. Rúbrica de S.E. Loayza.

 

REQUISITOS PARA LA MIGRACIÓN

 Los migrantes debían tener entre 20 y 45 años, estar físicamente sanos y demostrar solvencia moral. La compañía Morioka, que inició los viajes al Perú, señalaba las siguientes condiciones:

- El contrato será por cuatro años y durante este tiempo el migrante trabajará en la hacienda de caña o en los ingenios azucareros.

- El pago será de 2 libras 10 chelines por mes, o su equivalente en moneda peruana.

- Se trabajará 10 horas en el campo y 12 en los ingenios. El sobretiempo no deberá exceder de dos horas y por ello se pagará 2 ½ peniques. Los domingos y feriados son días de descanso.

- Por los primeros 25 meses la Cia. Morioka deducirá 8 chelines por mes de los salarios para pagar los gastos del viaje de retorno. Esta cantidad servirá para asegurar el cumplimiento del contrato. En el caso de que un trabajador escape, la pérdida en perjuicio de la Cia. Morioka será deducida de este monto.

- Los dueños de las haciendas pagarán todos los gastos desde el puerto de embarque en el Japón hasta el lugar de destino en el Perú y proporcionarán vivienda, cama y medicamentos.

- Al momento de la partida se le proporcionará a cada persona un juego de ropa de trabajo, un sombrero y un par de zapatos.

 Además existía el compromiso de que, en caso de accidente o muerte ocurridos durante el desarrollo del trabajo, o en el caso de incapacidad permanente, la compañía de emigración recibiría 10 libras del empleador y le pagaría al trabajador o a sus familiares esta cantidad más las deducciones mensuales acumuladas, cancelándose el contrato.

 Por un lado, el empleador aportaría 10 libras por migrante para el pasaje en barco, las vacunas y los medicamentos durante el viaje.

 El 8 de octubre de 1898 Makoto Morioka obtuvo el permiso para incluir al Perú en las áreas de migración a su cargo. En el Japón se comenzó a promover los viajes al Perú con anuncios prometedores.

 Aparte de los anuncios en los periódicos, se colocaron banderolas y avisos en los lugares públicos y en los postes de luz. Los trámites se realizaban en las oficinas locales pero los permisos definitivos eran dados por los gobiernos prefecturales. Después de recibir sus pasaportes del Ministerio de Asuntos Extranjeros los futuros migrantes viajaban por su propia cuenta hasta Yokohama, donde se firmaban contratos individuales con la compañía de emigración.

 Para el primer viaje se consiguió inscribir un total de 790 varones, que se aventuraron a viajar a un país desconocido y situado al otro lado del mundo. Ellos procedían de las prefecturas de Niigata (372), Yamaguchi (187),Hiroshima (176), Okayama (50), Tokio (4) e Ibaraki (1) ubicadas en la isla Honshu, la más grande del archipiélago japonés. Los acompañaban 12 supervisores japoneses, quienes los tendrían bajo su responsabilidad en las haciendas costeñas.

 Este primer grupo partió el 28 de febrero de 1899 de Yokohama, puerto principal del Imperio del Sol Naciente, en el “Sakura Maru”, un barco especialmente fletado para el viaje. Después de navegar 8,600 millas naúticas cruzando el Pacífico en dirección suroriente, arribaron al Callao el 3 de abril del mismo año con emocionados gritos de banzai (¡viva!) y grandes ilusiones.

 Al día siguiente se inició el viaje por la costa para la distribución de los japoneses en diferentes haciendas. El “Sakura Maru” fue primero al norte, dejando 130 migrantes para las haciendas Puente Piedra, Caudevilla y Estrella en el puerto de Ancón. Luego desembarcaron 30 en Chancay para la hacienda Palpa. En Supe quedaron 150, destinados a San Nicolás, y 50 a Huaito. Entró al puerto de Salaverry dejando 50 para Pampas y en Pacasmayo desembarcaron 50 para Lurifico. El puerto más norteño a donde llegaron migrantes japoneses fue Eten, donde quedaron 50 para Cayaltí y 50 para Pomalca. Luego el “Sakura Maru” viró hacia el sur y fue al puerto Cerro Azul, 27 millas náuticas al sur del Callao. Allí fueron dejados los restantes 230 para las haciendas Casa Blanca y Santa Bárbara. El 12 de abril el barco regresó al Callao.

 La hacienda Casa Blanca, que ocupaba gran parte del valle de Cañete y que había sido transferida a la British Sugar Company –con la cual Leguía estaba vinculado-, empleó el mayor número de migrantes, seguida por la hacienda San Nicolás. En todas las plantaciones los japoneses se dedicaron al corte y acarreo de caña y a la limpia de las acequias, trabajos a los cuales no estaban acostumbrados pues habían estado dedicados al cultivo de arroz.

 EL FANTASMA DEL PUENTE DEL FERROCARRIL DE ETEN

 

 

 Año 1938. Medianoche de un día de luna llena, el joven Martín Olivos regresaba caminando desde el puerto de Eten. No era la primera vez que a cambio del placer de estar cerca de una bella mujer, se decidía a esta larga caminata guiado por las líneas del ferrocarril. Estando frente a Samán repentinamente se le empezó a escalofriar su cuerpo sin motivo alguno, siguió caminando unos pasos más y luego sacó su puñal del bolsillo y haciendo con el, la señal de la cruz, primero al aire y luego en su rostro dijo en voz alta: ¿Quién eres? ……¡No me vas asustar! Tan pronto acabó de darse animo y caminar unos pasos mas, estuvo bajo sus pies un estrecho puente que cruzaba una acequia y al dar el primer paso para atravesarlo, escuchó un gran ruido como si alguien se hubiera tirado de espaldas al agua, en ese momento Martín se acobardó y decidió retroceder, pero de pronto escuchó acercarse unos trotes de caballo y un jinete en él; esperó que se le acercara y luego lo saludó, el jinete mirándolo directamente al rostro le dijo: Pomalca. Si le respondió Martín, el jinete le dijo: San Luis. Muy tarde por este lugar, Martin le contó todo lo sucedido al oportuno compañero y este le dijo: Yo también lo he visto siempre por acá y anda acompañado de un gran perro negro, tuviste mucha suerte que nos encontráramos, la presencia de mi caballo lo ha ahuyentado, sino te hubiera jalado de los pies al momento de pasar por el puente, por eso escuchaste cuando él se tiró al agua. Este es un alma en pena, ten cuidado, ya no andes a estas horas solo por acá.

 EL FANTASMA DE LA CARRETERA

 

 Alfredo, colaborador nuestro, nos relata la siguiente historia.

 Erase el año 1980, yo trabajaba en el área de servicentro, en el taller de mecánica con los colegas: Niño, Tirado Zapata, Florindez, entre otros. En aquellos tiempos todos deseaban tener un carrito y el pavo Martínez ya había adquirido el suyo y le había puesto el nombre de “”Folleque” porque se movilizaba con gasolina de Pomalca. Con las gratificaciones de julio y diciembre logré comprar un carro usado, era un Ford Taunus de 4 puertas y lo trabajaba como colectivo en mishoras libres, mas que todo por las noches, de Pomalca a los anexos. Nos estacionábamos al costado de la ex cooperativa de crédito y hacíamos carreras al El Triunfo, Casa de Madera, Ventarrón, La Aviación, entre otros. Cierto día se me presentó la oportunidad de transportar a unos pasajeros al brujo de Saltur que quedaba en la entrada junto al llamado “El Bache”, estos trabajos se hacían los viernes y la paga era bastante buena, por una carrera con espera hasta el día siguiente pagaban hasta cien soles. Aquí quiero contar lo que me sucedió. Aquella noche de un viernes cuya fecha no recuerdo, pero lo que me pasó no lo olvidaré nunca.

 A las diez de la noche salí con mis pasajeros de Pomalca a Saltur llevando tres personas, un hombre y dos mujeres, llegue a Saltur aproximadamente a las once de la noche y los deje en la casa del curandero y el trato era que tenía que esperarlos hasta el amanecer. Me estacioné junto al grifo que queda en el cruce de Saltur y Pampagrande y entablé conversación con el guardián un buen rato, la conversación se puso muy amena, sin embargo yo empecé a sentir la necesidad de estar en mi casa y en mi cama, y pensé: mejor me voy y regreso mañana a recogerlos a las cinco de la mañana, cuando le manifesté mi intención al guardián, él me dijo: No lo haga, son las doce de la noche, el camino es pesado.

 Yo ya lo había decidido, me levanté y me dirigí a mi auto y enrumbé de regreso a Pomalca, cuando ya había recorrido unos 500 metros sentí como si alguien hubiera subido al asiento posterior y el carro se hizo pesado y el motor empezó a “ratear”, durante el camino el carro no avanzaba y así se mantuvo hasta llegar a la altura del Puente Quemado por donde había sucedido el accidente y aquí el motor se apagó. Bajé del carro a revisar el motor, pero el carro no arrancaba, ya estaba pensando en pasar la noche allí o si tal vez tenía suerte esperar que algún carro pase y me ayude, en ese momento me doy cuenta que al lado derecho entre la calle del cuartel de caña había una choza de un regador con una linterna encendida, me dirigí hacia ella y llamé al regador, le expliqué mi problema y él me dijo: a esta hora no debe andar solo por estos caminos porque son muy pesados, seguramente que usted ha sentido al salir de Saltur como si alguien hubiese subido a su carro y de allí para adelante empezó a fallar, le dije que así fue exactamente y me volvió a replicar, al salir de Saltur de la mano izquierda hay una cruz de mala muerte, allí sube una sombra y si no le pasa nada, bajará exactamente por aquí.

 Ese es el recorrido de este fantasma, pero no se preocupe amigo, lo voy a ayudar, yo soy regador mas de veinte años y he visto cosas que no me va a creer y cogiendo su machete lo restregó en el asfalto por varias veces gritando ¡Vete sombra del más allá! Este no es tu mundo, es el mundo de los vivos, el no te pertenece ¡Vete! ¡Vete carajo y no lo jodas! Y me calmó diciéndome: Suba amigo, arranque su carro, yo lo voy a acompañar en mi bicicleta hasta más allacito, no tenga miedo , nada le va a pasar, vaya de frente, no mire para atrás ni a los costados, después de la huaca San Juan estará libre.

 Así fue, arrancó el carro como por magia, tomé la pista y aceleré pero jamás me di cuenta si me siguió durante el recorrido. No pasó nada, llegué a mi casa asustado, le conté a mi esposa e hija lo que me había sucedido, eran las tres de la mañana, mi esposa me preparó una bebida, me frotaron con agua florida y me dormí pensando en el regador que me ayudó. Me propuse identificarlo para darle las gracias, acudí a la administración de campo, en el “parte” me comuniqué con el mayordomo de la zona y le pregunté quien era el regador que estuvo de turno esa noche en ese campo y el señor García, quien era el mayordomo me respondió que en ese campo nadie ha estado regando, por que ese campo está agotado desde hace mucho tiempo. Vendí mi carro, me jubilé y hasta ahora sigo pensando quién fue el que me ayudó.

EL PERRO FANTASMA DE VENTARRON

La noche del primero de mayo del año 1951. Óscar Míñope, joven residente en Ventarrón se alistaba para dirigirse a la fiesta de la Cruz de su natal Collús mientras su padre le recomendaba que no se hiciera tarde ya que el camino a medianoche era muy pesado, también le recordó que debería de llevar siempre en sus bolsillos unas monedas pues era muy bueno para ahuyentar a los malos espíritus. Ya en la fiesta, tan alegre y entretenido con chicas tan bonitas perdió la noción del tiempo que pasó tan rápido sin que el se diera cuenta, cuando preguntó por la hora ya eran mas de las doce de la noche así que tuvo que retirarse y dirigirse solo hacia Ventarrón; bajando ya de Collús y habiendo pasado por las últimas casas donde los perros aún ladraban y por las huacas de Zarpán hizo su ingreso a un largo camino aún mas oscuro que la noche por las sombras de frondosos algarrobos, entonces recordando lo recomendado por su padre empezó a hacer sonar sus monedas que llevaba en el bolsillo.

 todo iba muy normal hasta que a medio camino le salió al encuentro un enorme perro que sin ladrar se le acercó, le mordió la pierna y luego rápidamente desapareció, muy adolorido y sintiendo la pierna humedecida por el sangrado apresuró y alargó sus pasos y al llegar a la tranca ubicada en el último tramo que daba frente a Ventarrón en medio de ella un hombre lo esperaba, el, temeroso por lo sucedido pensó regresar a Collus, pero se acordó del feroz perro, así que se llenó de valor y se dirigió a la tranca y por un costado sin decir nada ni mirar para atrás logró pasar, en ese preciso momento los animales del campo y de los corrales empezaron a gritar, zorros aullaban, las chilalas cantaban, y demás aves se asustaban, con los pasos mas largos y con la pierna aún adolorida alcanzó llegar a la puerta de su casa y con apresurados golpes empezó a llamar a su hermano.

 Al reconocer la voz de Óscar apenas abrió la puerta para mirarlo, pero no le permitió ingresar por que el también había oído el susto de los animales, Óscar rápidamente le contó del perro y del fantasma de la tranca, lo que convenció mas al hermano de Óscar que dijo: La muerte te ha venido siguiendo, quédate afuera, por que si ingresas, la muerte también entrará a la casa y cerrando fuertemente la puerta con una tranca dejó a Óscar en la calle. El, sin alternativa se sentó a un costado de su puerta a ver su pierna herida pero al levantarse la manga del pantalón no encontró la herida ni el sangrado, estaba tan confuso, pero se alegró por ello, luego levantó la mirada hacia la tranca y ya no estaba el fantasma del hombre, los animales ya se habían tranquilizado y sentado allí amaneció.

LOS TRES CABRITOS

Era un viernes de día nublado de los años treinta del siglo pasado, tres obreros de la palana habían quedado alejados del resto de sus compañeros en la tarea de deshierbo de la acequia que pasa por la Huaca del Cementerio, la caña tenía ya unos 6 meses de edad y estaba tan alta que cubría todo sus cuerpos y a la distancia no podían verse unos a otros. Los tres palaneros de pronto escucharon el trote apresurado de un caballo acercase hacia ellos y levantando la cabeza vieron acerarse un jinete vestido de blanco de cabeza hasta los pies, un gran sombrero impedía distinguir su rostro. El, montado en su caballo negro, se les acercó un poco mas, los obreros lo saludaron muy atentamente pensando que se trataba de su patrón don Augusto diciéndole, patrón, ¿Qué es lo que desea? Pero al mirarlo mas de cerca se dieron cuenta que no era su patrón.

El misterioso jinete en tono sonriente les contestó: Díganle a su patrón que he venido por los tres cabritos que me ofreció y en este momento me los voy a llevar. Tirando fuerte de las riendas e hincando con sus puntiagudas espuelas hizo que su caballo en dos patas se parara y girara dándoles la espalda. Ellos se miraron entre si y sin saber que responder, no atinaron en decir nada. Horas más tarde el caporal de la zona al pasar el control de las tareas encontró a tres moribundos obreros que apenas pudieron contar lo sucedido y luego murieron. Estos obreros fueron unos de los tantos que fueron entregados como parte del gran pacto entre los hacendados de La Piedra y el diablo.

RESEÑA SOBRE BORO

UBICACIÓN GEOGRÁFICA.

* El centro Poblado “Boró” se encuentra ubicada en el distrito de Pomalca, provincia de Chiclayo, departamento de Lambayeque.

* La Laguna de Boro ubicada a 2 Km. de Pomalca, vía a Sipán, es la despensa de abastecimiento de agua de la ciudad de Chiclayo.

 

 

IMPORTANCIA HISTÓRICA

* El cerró Boró esconde en sus entrañas hechos históricos que lo hacen mágico y enigmático.

* En este Centro Poblado podemos encontrar restos históricos que para algunos pertenecen a la Cultura Mochica, para otros es la quinta ciudad pérdida de los Waris.

* En él podemos visualizar unas imponentes y majestuosas iguanas, la cabeza de una serpiente, el rostro de un gobernante perteneciente a esta cultura, todas trabajadas en enormes piedras.

* Se encierran muchos mitos con respecto a este lugar, pero cabe resaltar que sus antiguos pobladores adoraban a muchos dioses, entre ellos encontramos a la iguana que representaba a la Diosa de la muerte que se llevaba a los difuntos a la otra vida.

* Se cree que este fue un lugar estratégico, desde el cual el gobernante podía observar todos sus dominios, organizar y administrar todo su territorio.

* Lo enigmático de este cerro Boró  está en investigaciones y se pretende que estas sean concretizadas lo más pronto posible, y así tener más luces de lo que verdaderamente este lugar encierra.

 

IMPRESIONES DEL VIAJE A BORÒ

 

Al llegar a Boró un conjunto de múltiples sensaciones nos embarga, puedes sentir el misticismo y la magia del lugar, el encuentro con la naturaleza y la paz del lugar es muy agradable.

 En Boró existe una Fortaleza Arqueológica de origen preinca, es muy bella, muy hermosa y conocerla nos hace sentir orgullosos de nuestra cultura, fortalece nuestra identidad y a la vez nos hace reflexionar que como este hermoso lugar hay muchos otros esperando de especialistas y estudiosos que realicen investigaciones sobre estas interesantes culturas que florecieron y tuvieron gran apogeo y dominaron sobre los valles costeños del norte de nuestro Perú.

 Por tal razón, Boró, debe constituirse en uno de los destinos turísticos de nuestro país, esperemos que las autoridades den la importancia debida para que sea una realidad, dado que la inversión en cultura genera el desarrollo sostenible de los pueblos.Las palabras resultan cortas para describir este hermosos lugar, sugiero visitar Boró, y apreciar la belleza de la Fortaleza, que otrora un gran reino.

 Personalmente, el agradecimiento al Profesor Julio César Valera por compartir y motivar para este viaje que fue una experiencia inolvidable y grata, en su cátedra  de Recursos Humanos de la UCV en el postgrado de educación.

 

NUESTROS ANCESTROS LOS ANTIGUOS PERUANOS HICIERON TODO ESTO Y A PESAR DEL TIEMPO SU OBRA PERDURA PARA MOSTRARNOS QUE LOS PERUANOS SOMOS CAPACES DE GRANDES COSAS...

 

HAY MOTIVOS SUFICIENTES PARA SENTIRNOS MUY ORGULLOSOS DE SER POMALQUEÑOS  Y CADA UNO DE NOSOTROS DEBE ASUMIR EL COMPROMISO DE SEGUIR ENGRADECIENDO CADA DIA MAS NUESTRO QUERIDO PERU.

 

 

 

 

 

EL ESLABÓN PERDIDO

A finales de octubre del año 2009 arqueólogos residentes en nuestro distrito fueron alertados por los continuos saqueos en la huaca “El Chorro”, razón por lo que decidieron visitar y evaluar los daños así como excavar en la zona dándose con la grata sorpresa de encontrar tumbas pertenecientes a una cultura aun no identificada. Este descubrimiento ayudará a entender qué pasó en esta etapa de nuestra historia poco conocida. Los arqueólogos que desde hace décadas investigan el pasado histórico de nuestra región Lambayeque ahora han dirigido su mirada hacia la huaca de “El Chorro”, complejo arqueológico de 5 hectáreas ubicado al este de la ciudad de Pomalca donde se han encontrado un conjunto de tumbas pertenecientes a diversos períodos que datan de 2.000 años de antigüedad a 1.200 d.c. con vestigios de culturas desarrolladas entre Chavín y Mochica lo que agruparía en un solo sector una escalera histórica de todas las culturas desarrolladas en nuestro departamento.

Hasta la fecha allí se han encontrado cinco contextos funerarios completos, incluido el de una mujer adulta, una de las tumbas halladas está cubierta con una bella pintura de un guerrero, se hallaron cuchillos ceremoniales, los que pertenecen al período Formativo Tardío, además agujas metálicas, fibras de algodón y otros instrumentos que se habrían utilizado para tejer prendas de vestir; vasijas de cerámica de gran tamaño, las que también son analizadas para conocer el estilo y la cultura a la que pertenecen.

Edgar Bracamonte, arqueólogo encargado de las excavaciones indica que estas tumbas serían de los períodos Intermedio Temprano hasta Formativo Tardío de las culturas Vicús, Chimú y Lambayeque y refiere que lo más sorprendente es el hallazgo de objetos metálicos con diseños diferentes a los hallados en excavaciones previas, como adornos redondos de cobre dorado y placas rectangulares que pertenecerían a la cultura Vicús. Además se han rescatado telares, 19 vasijas de cerámica con características Vicús y siete objetos de cobre dorado que fueron colocados en los brazos y en la cabeza de los personajes, además de pectorales en regular estado de conservación.

Por otra parte el arqueólogo Luis Chero destaca la importancia del lugar por que permitirá entender lo que pasó entre los períodos Chavín y Mochica, etapa de la que no se tiene mucha información científica. "Lo que se ha encontrado es una especie de eslabón perdido, que nos permitirá tener datos sobre lo que ocurrió en el tránsito del ocaso de la cultura Chavín y el inicio del esplendor mochica".

SOY DE UN PUEBLO

 

Soy de un pueblo conocido y desconocido… Conocido por muchos pero solo por el nombre asociado a un Ron, y desconocido por muchos como pueblo. Nací y me crié en él, jugueteando en la tierra con mis propios juguetes creados de mi ingenio, construyendo carritos con trozos de madera y chapitas de gaseosas La Concordia como ruedas o buscando los bordes de los cilindros viejos tirados en el “huesero” del taller de Pomalca para conjuntamente con un alambre fungiendo de timón, hacer piruetas por las calles y por los bordes de las “sangrías”  cual malabarista digno del circo de “Folleque” que continuamente llegaba a la hacienda para alegría de sus ciudadanos y en especial de nosotros los niños de ese entonces.

Soy de un pueblo donde nos reuníamos los niños para conversar y hacer planes para ir a bañarnos a las acequias para luego regresar empolvados y más sucios que cuando íbamos…..pero regresábamos felices comiendo nuestras cañas arrancadas en el camino de los cuarteles de sembríos.

Soy de un pueblo pequeño, amigable y respetuoso, donde saludábamos a las personas aun sin conocerlas pero por respeto inculcado por nuestros padres.

Soy de un pueblo donde solo recibía propinas los sábados y esta apenas alcanzaba para pagar mi entrada de CAZUELA en el cine y comprarme una tortita de 10 centavos; pero salía feliz y contento.

Soy de un pueblo donde camino al colegio tenía que buscar cáscaras de plátanos   para lustrar mis zapatos antes que recibir los palmetazos del director Mujica por encontrarlos sucios .

Soy de un pueblo donde mis profesores me castigaban si hacía algo incorrecto tan simple como no saludar a las personas mayores y esto era apoyado por mis padres porque querían un hijo correcto y con valores.

Soy de un pueblo donde el viento y el polvo eran parte de nuestra vida…pero éramos  felices.

Soy de un pueblo donde llegaba gente a visitar a mi madre y encontraba la puerta abierta o amarrada con pita una de las hojas; generalmente por costumbre cortadas en 2 hojas, y siempre se encontraba intacta la casa aun dejando el poco “sencillo” que se tenía.

Soy de un pueblo donde cada mañana muy temprano veías a las señoras barriendo y regando las puertas de sus casas, porque todas eran muy limpias y ordenadas.

Soy de un pueblo, donde orgullosamente los niños nos dirigíamos al “paradero” cada mañana y tarde de lunes a sábado para tomar los buses de Cande o Medina y después el “Titanic”  o tomar a la volada una camioneta de la hacienda que raudamente se dirigía a Chiclayo en alguna  oportunidad y ahorrarnos el pasaje y tener así como comernos un helado  o caramelo “ extra”, para luego caminar el largo trayecto hasta nuestro querido “San José”, y luego en la tarde regresar a nuestro Pomalca casi en la penumbra escuchando las notas de “Hit” Moreno , Paul Anka o al padre de nuestro Gianmarco… pero éramos felices..

Soy de pueblo donde los peluqueros eran japoneses y teníamos que acudir obligatoriamente a cortarnos el pelo donde Uyequi o Kamimura y donde los jovencitos de la época iban más que todo por apreciar la belleza de una de sus hijas a la que denominábamos: la Kiko.

Soy de un pueblo donde los días sábados eran de fiesta por dos motivos: Una: los trabajadores recibían su paga y Dos: Llegaban de Chiclayo y de otras partes innumerables comerciantes a ofrecer sus mercaderías en los alrededores del Mercado y donde la Pensión Muro se veía abarrotada por parroquianos por  los sabrosos potajes ofrecidos y la  gente se veía muy bien vestida con sus trajes sacados de sus baúles y lucían  su brillante y bien peinada cabellera con la infaltable GLOSTORA o el aceite de coco vendido en la tienda de Meneses.

Aún hoy  cuando esporádicamente regreso a mi Pomalca y veo sus calles me siento feliz  y orgulloso de ser pomalqueño y quiero gritar y grito: “SOY POMALQUEÑO… Y QUE?

Por EACP.

El Remolino del diablo                          

 Bien dicen los antiguos, que los remolinos los trae el diablo. El llega en el centro de ellos y a toda velocidad corre dando vueltas tras la gente para poseerlos, por este motivo la gente se corre haciéndole la señal de la cruz para ahuyentarlos. En la época de la hacienda, el señor Pasache como de costumbre fue a recoger su pasto junto a su burro al bosque donde hoy es el botadero de basura cerca de San Luis.

 Era ya mediodía cuando él llegó a este lugar, se adentró un poco mas al bosque montado en su burro y observó una muy buena mancha de pasto, bajó de su burro y sin soltarlo de su soga se dirigió hacia un algarrobo cercano para amarrarlo, pero la gran cantidad de arbustos espinosos a su alrededor le impidieron amarrarlo allí, así que decidió cortar una estaca de otro algarrobo pequeño y plantarlo en un lugar cercano y mas despejado para amarrarlo y permitirle al burro comer su pasto. Don Pasache, luego de cortar toda esa mancha de pasto se alejó un poco en busca de otro lugar y de pronto un gran remolino pasó por su lado quitándole el sombrero para hacerlo volar por los aires y dejarlo caer cerca a la estaca que había plantado para amarrar a su burro. Gran sorpresa se dio don Pasache al ver que su burro ya no se encontraba amarrado donde él lo dejó, levantó un poco la mirada y con asombro vio a su burro junto al algarrobo que el no pudo amarrarlo. Pensando que el burro se había asustado con el remolino y había corrido a protegerse al algarrobo, se acercó dando un gran salto por encima de los matorrales y con gran estupor vio al animal amarrado en el algarrobo que el no pudo hacerlo. Por un momento se quedó paralizado, sus manos no querían tocar la soga, después de vociferar sacó de su cintura su machete y dando un fuerte golpe sobre la soga que colgaba por el suelo, cortó a esta y cogiéndola fuertemente pasó abruptamente sobre las espinas y matorrales jalando a su burro, dejando el nudo del diablo en el algarrobo. Ya lejos del maléfico lugar sacó de su alforja su botella de yonque y echándose unos tres tragos rápidamente se retiró antes que llegara el siguiente remolino.

 EL FANTASMA DE LA CARRETERA

 

 Alfredo, colaborador nuestro, nos relata la siguiente historia.

 Erase el año 1980, yo trabajaba en el área de servicentro, en el taller de mecánica con los colegas: Niño, Tirado Zapata, Florindez, entre otros. En aquellos tiempos todos deseaban tener un carrito y el pavo Martínez ya había adquirido el suyo y le había puesto el nombre de “”Folleque” porque se movilizaba con gasolina de Pomalca. Con las gratificaciones de julio y diciembre logré comprar un carro usado, era un Ford Taunus de 4 puertas y lo trabajaba como colectivo en mishoras libres, mas que todo por las noches, de Pomalca a los anexos. Nos estacionábamos al costado de la ex cooperativa de crédito y hacíamos carreras al El Triunfo, Casa de Madera, Ventarrón, La Aviación, entre otros. Cierto día se me presentó la oportunidad de transportar a unos pasajeros al brujo de Saltur que quedaba en la entrada junto al llamado “El Bache”, estos trabajos se hacían los viernes y la paga era bastante buena, por una carrera con espera hasta el día siguiente pagaban hasta cien soles. Aquí quiero contar lo que me sucedió. Aquella noche de un viernes cuya fecha no recuerdo, pero lo que me pasó no lo olvidaré nunca.

 A las diez de la noche salí con mis pasajeros de Pomalca a Saltur llevando tres personas, un hombre y dos mujeres, llegue a Saltur aproximadamente a las once de la noche y los deje en la casa del curandero y el trato era que tenía que esperarlos hasta el amanecer. Me estacioné junto al grifo que queda en el cruce de Saltur y Pampagrande y entablé conversación con el guardián un buen rato, la conversación se puso muy amena, sin embargo yo empecé a sentir la necesidad de estar en mi casa y en mi cama, y pensé: mejor me voy y regreso mañana a recogerlos a las cinco de la mañana, cuando le manifesté mi intención al guardián, él me dijo: No lo haga, son las doce de la noche, el camino es pesado.

 Yo ya lo había decidido, me levanté y me dirigí a mi auto y enrumbé de regreso a Pomalca, cuando ya había recorrido unos 500 metros sentí como si alguien hubiera subido al asiento posterior y el carro se hizo pesado y el motor empezó a “ratear”, durante el camino el carro no avanzaba y así se mantuvo hasta llegar a la altura del Puente Quemado por donde había sucedido el accidente y aquí el motor se apagó. Bajé del carro a revisar el motor, pero el carro no arrancaba, ya estaba pensando en pasar la noche allí o si tal vez tenía suerte esperar que algún carro pase y me ayude, en ese momento me doy cuenta que al lado derecho entre la calle del cuartel de caña había una choza de un regador con una linterna encendida, me dirigí hacia ella y llamé al regador, le expliqué mi problema y él me dijo: a esta hora no debe andar solo por estos caminos porque son muy pesados, seguramente que usted ha sentido al salir de Saltur como si alguien hubiese subido a su carro y de allí para adelante empezó a fallar, le dije que así fue exactamente y me volvió a replicar, al salir de Saltur de la mano izquierda hay una cruz de mala muerte, allí sube una sombra y si no le pasa nada, bajará exactamente por aquí.

 Ese es el recorrido de este fantasma, pero no se preocupe amigo, lo voy a ayudar, yo soy regador mas de veinte años y he visto cosas que no me va a creer y cogiendo su machete lo restregó en el asfalto por varias veces gritando ¡Vete sombra del más allá! Este no es tu mundo, es el mundo de los vivos, el no te pertenece ¡Vete! ¡Vete carajo y no lo jodas! Y me calmó diciéndome: Suba amigo, arranque su carro, yo lo voy a acompañar en mi bicicleta hasta más allacito, no tenga miedo , nada le va a pasar, vaya de frente, no mire para atrás ni a los costados, después de la huaca San Juan estará libre.

 Así fue, arrancó el carro como por magia, tomé la pista y aceleré pero jamás me di cuenta si me siguió durante el recorrido. No pasó nada, llegué a mi casa asustado, le conté a mi esposa e hija lo que me había sucedido, eran las tres de la mañana, mi esposa me preparó una bebida, me frotaron con agua florida y me dormí pensando en el regador que me ayudó. Me propuse identificarlo para darle las gracias, acudí a la administración de campo, en el “parte” me comuniqué con el mayordomo de la zona y le pregunté quien era el regador que estuvo de turno esa noche en ese campo y el señor García, quien era el mayordomo me respondió que en ese campo nadie ha estado regando, por que ese campo está agotado desde hace mucho tiempo. Vendí mi carro, me jubilé y hasta ahora sigo pensando quién fue el que me ayudó.